A Yara, eterna amiga.
El pasado nos limita, pero el futuro
nos atemoriza. El único lugar seguro
es el presente (Isaac López)
Quiero poder mirar de frente al pasado,
con el respeto que esa su edad le otorga,
saber que lo vivido es, en este momento,
la lección de casa que hay que aprender.
Una mirada biunívoca, cabal y protectora
que nos ha de enseñar el camino a seguir,
ni siempre ir hacia adelante es un avanzar,
engañados todos por una universal falacia
incerteza agradable, seductora, cómoda,
que alimenta voraz nuestro autoengaño.
Quiero poder mirar altivo al presente,
con el respeto de quién está imperando,
con esa grandeza de quien lo ve todo,
su omnipresencia prudente y consejera,
que nos alerta antes de que la alarma,
estridente y mortal no más nos despierte,
sin sobresalto, sin temor quiero entender
que es exactamente hoy el día de actuar,
comenzar a mirar después de haber visto
aprender sin más reprender el reflejo,
ese deseo natural que me lleva a vivir.
Quiero sencillamente poder ver y mirar,
poder presenciar el futuro que ha de venir,
el legado de un tiempo que legaremos,
herencia de un mundo que nos fue dado
y que subestimamos por una letal codicia
que ahora nos pasa factura por la negligencia,
por el desordenado orden del diálogo de sordos,
entre las verdades de verdad y las mentirosas.
Quisiera aprender del tiempo su auténtica lección;
la lúcida locura que es el respeto a la vida.
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