Luna enamorada Del silencio una migaja Cayó al cielo bendiciendo Nuestra alegría fecundada Tesoro bendecido Hombrecito de las hadas Los rubores concedieron Tu inocencia ensimismada El eco despertó -Con gotas de rocío- La huella del mañío Que alumbraba tu camino De los campos y los ríos Nuestras almas se enriquecen Porque huyó de tus miedos La inocencia de los peces Tu bóveda viajó Por los círculos alados El misterio de la vida Se escondió entre tus manos Elegías del encuentro Nuestras lágrimas perdieron El anhelo inmerecido En las olas del desierto Efímero suspiro Ojitos de alhelí… Tu existencia imaginaria Se eterniza Junto a mí
Texto agregado el 09-10-2020, y leído por 148 visitantes. (4 votos)