Entrada la noche y en el silencio que envuelve las terquedades del amor, los amantes ríen
Ríen en la vaguedad del terciopelo que lude sus cuerpos por perfecto sudor de luz
Flotando desde la puridad cernida en la piel recorriendo las entrecerradas miradas,
Que produce la voz de la pasión, en donde los sonidos juegan a las escondidas
En cada rincón del refugio que se yergue por sobre el límpido cielo pintado de estrellas.
Los amantes ríen entrelazándose en besos húmedos, candorosos, sentidos
Viajantes espaciales en el devenir de los susurros trazados en el pentagrama
Completando la melodía creada en el noctámbulo relieve de las lágrimas unidas
En completo gemido virtuoso del amar, amando, amándose en la locura del sentir.
El vaso se rebosa, las marimbas resuenan, las flores abren sus pétalos a la luna
En tanto las aves aletean en sus nidos inquietos trinando a la espera del sol
Él y ella sollozan en el descanso jocundo de la exudación redentora.
Amanecen entre largos juncos de jade, soltando los latidos de vientres sudorosos
En el candor de lo sublime, en este viaje sempiterno
Del arcano elixir y el éxtasis se esperan allí al momento de sus risas
Explosionadas al cielo límpido ; amanecen cuales pliegues de sábanas blancas.