Aléjate de la tierra sucia.
Huye de la tierra avergonzado.
Álzate para llegar a lo más alto,
hasta aquel lugar apartado.
Que hoy es tiempo de crecer.


Extiende tus ramas
frondoso árbol de tronco reforzado.
Haz inalcanzable el fruto.
Porque hay un tiempo indicado
para llevar la flor al cielo
y otro para ser olvidado.
Es tiempo de ser fruto


No somos más de lo que somos,
aun cuando la persuasiva bajeza
irónicamente te encumbre alto
por sobre toda grandeza.


Eleva al cielo tu dulce sabor.
Poco importa ser comido
por el indigesto zorzal
o terminar quemado
bajo el incansable sol.
Tu fruto se ha secado.


Haz que se precipite la simiente.
Déjate caer suave con la brisa
de regreso a la cama de tierra.
Desfallece sepultado a prisa
que ya se hizo el tiempo
de echar raíces.


Cuando todos te crean sepultado,
asomarás tímidamente del barro
montado sobre el nuevo brote,
agradeciendo el agua en jarro,
que tiñe de verdor la vida.
Un nuevo tiempo a comenzado.


No somos más de lo que somos,
aun cuando la persuasiva bajeza
irónicamente te encumbre alto
por sobre toda grandeza.
Hay un tiempo para ser todo
y otro para llegar a ser nada.