C apitulo 13
-Si abogado, usted dirá.
-Inspector, aunque usted no me crea, una cosa es la familia Colman y otra mi mujer y mis hijos. Amo a Julia. Créame, yo no sabía que mi esposa fue la mujer de Ordoñez, todo esto es muy fuerte para mí. Es como si todo este tiempo hubiera estado viviendo con otra persona.
-Su mujer esta complicada, usted me entiende.
-Si entiendo -se lo veía preocupado, para Sáenz o fingía muy bien o realmente la estaba pasando mal. Había cometido el error de mentir sobre el paradero de su mujer. Esas contradicciones lo ponían en una situación bastante sospechosa.
-Abogado acompáñeme a caminar-dijo Sáenz.
Caminaron hasta llegar al lago.
- ¿Como conoció a julia?
-Ella era mesera. Yo recién llegaba a Santa Catalina. Habia enviudado y tenía mis hijos con mi suegra. Quería traerlos aquí, entonces le ofrecí trabajar como niñera. Después, bueno, me enamore y nos casamos,
- ¿Usted vino a trabajar con los Colman?
-Si, así es
-Entiendo lo difícil que es para usted, con dos niños
-Amo a mi mujer, no quiero perderla.
- ¿Le tiene miedo a un juicio?
-Mi esposa tiene que ser tratada por un especialista-dijo una vez más.
-Podría quedar totalmente loca y no recordar ¿No es así?
-No creo que Julia haya matado a nadie.
-Podría saber muchas cosas de los Colman. Además de ser sospechosa del caso Ordoñez, ella tiene mucho por decir.
-Usted está confundido inspector, ya se dará cuenta por qué.
El abogado estaba tratando de ganar tiempo hasta que apareciera Julia. El inspector no era ningún tonto, a estas alturas ya no le creía, de una cosa estaba seguro, en estos momentos Julia era una bomba de tiempo para algunos.
-Dígame Preshe tengo una curiosidad desde que llegue al pueblo ¿Qué hay del otro lado del lago?
-Nada señor, no hay nada.
Después de una mañana convulsionada, Sáenz fue a almorzar.
- ¿Que se va a servir? -dijo Amalia la mesera un tanto agresiva.
-No esté enojada conmigo, Se lo mucho que aprecia a Julia, pero yo hago mi trabajo.
-A mí no me diga nada, usted sabrá
-Amalia, del otro lado del lago que hay.
-Los campos de los Colman. ¿Acaso usted no sabe que sus propiedades se extienden más allá del lago?
- ¡No no lo sabía! ¿Y ese puntito que se ve desde la costa?
-La cabaña ¡Y qué cabaña! Allí vivía Ordoñez.
- ¡Y porque no me lo dijo!
- ¡Porque no me lo pregunto!
Se olvido de almorzar, tenía que estar en su oficina, ver todo otra vez. ¿Porque el abogado mentiría con algo así? Amalia acababa de hacerle una revelación muy importante.
- ¡Y el almuerzo inspector! Pero qué cosa con este hombre, salió como alma que se lleva el diablo.
Julito estaba de pie, tenía en sus manos los anteojos, raramente se los sacaba,
-Señor-dijo
- ¡Que pasa muchacho parece que vistes un fantasma! -dijo el investigador, sin darle demasiada importancia mientras se sacaba el abrigo y cuando iba a colgarlos julio lo interrumpió diciendo
-Dejaron esta nota para usted.
- ¿Quién? Si se puede saber
-No, no lo sé señor. Fue cuando fui a la otra oficina y al regresar la encontré allí en mi escritorio.
Le arrebato la nota de la mano. Esto era lo que le faltaba para completar aquel día tan particular.
-¡Pero aquí se mete cualquiera! ¡Qué está pasando eh! -
Señor Sáenz, - decía la nota- necesito hablar con usted. Es urgente, se trata de Julia Iriarte. Lo espero en el bosque, en el sector que da a a la playa del lago.
-No pensara ir, es peligroso.
-Veremos chico, veremos.
CONTINUARA
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