Esta es la señora sol, vivía muy feliz y brillante. Todos los días se levantaba muy temprano para dar ese calor y compartir sus rayos solares a todos los cultivos y animales que necesitaban de ella para crecer sanos y fuertes.

La señora sol vivía muy bien haciendo felices a todas esas familias que tenían sus cultivos y necesitaban de ella.
Siempre rodeada de muchas nubes blancas en un gran cielo azul.
Pero un buen día se le acercó una oscura nubecita y la señora sol le dijo:
No! No te me acerques, que me opacarás.
Vete! Vete!...
Nadie te quiere aquí solo das tristeza.
La pobre nubecita gris se fue muy triste.
Pero un tiempo después todos los bosques empezaron a secarse y los animales a morirse de tanto calor que irradiaba la señora sol, que ya no era muy bien vista por las familias del pueblo, que todos estaban preocupados por sus cultivos, Y ella estaba muy triste.
De repente la señora nube se le acercó y le dijo:
¿Qué te pasa?
¿Por qué estas triste?
Por mi culpa se están secando todos los cultivos y muchos animales se están muriendo. La señora nube no pudo soportar ver con tanta tristeza a la señora sol.

Así, que empezó a tomar mucho vapor y a hincharse tanto, tanto que empezó a llover torrencialmente regándose todos los grandes campos. Finalmente los campos empezaron a florecer y tomaron un color hermoso.

La señora nube, se le acercó a la señora sol y le dijo:
Ahora entiendes por qué es importante contar con gente que te apoye y se preocupe por lo que te pasa.
Nunca debes menos preciar a nadie

Tienes mucha razón señora nube, perdóneme y quiero que desde hoy seas mi amiga.
También quiero pedirte que vengas a visitarme de vez en cuando, y así podrás regar todos estos lindos campos.
FIN