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Eres como un chicle, pegajoso, un chicle duro y seco, nada elástico; y tan elástico que en nuestras bocas, estirado al límite, de punta a punta, filiforme, habiendo tomado la forma de un hilo, no se rompe. Eres, hombre, un hueso duro, un chicle atípico, un chicle tentacular que, casi vomitado de mi boca, se agarra por alguna fracción de superficie.
Por algún lado me reclamas, y cuando creo que ya te he aplastado, te veo aquí, como una pompa gigante que me quiere. Aunque quisiera escupirte de mi boca, no lo hago. Te agarro con los dedos y dejo entre matojos, retirado de mí; suponiendo, creyendo, que el aire te ha arrastrado fuera de mi vida, que la tierra te ha ocultado de mis ojos o que un niño te ha acabado, pisándote.
Te niego ya, he olvidado tu sabor a menta, a todo; y entonces, inexplicablemente para mí, me muestras que me amas y mi anhelo y entonces, no necesito preguntarme nada.



Texto agregado el 27-09-2020, y leído por 165 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
07-10-2020 Un texto que retrata una emotividad dual, la menta se siente al leerlo.***** achachila
04-10-2020 Sucede eso cuando aún no terminamos la enseñanza que esa persona nos puede brindar sin siquiera saberlo. Abrazote. MujerDiosa
27-09-2020 Después de que lo masticas, afilas, lo haces bola y lo tiras, él se metamorfosea y te lo encuentras a la vuelta de la esquina con un ramo de rosas. La costumbre?, quizá soledad? Sé de alguien que te dice la verdad... el tiempo y al tiempo. yo, desconfío. Pero la literatura es de emociones y tu me tienes aqui argumentando que no te conviene... buen texto amada amiga. sendero
27-09-2020 Un chicle es un chicle, pero no por eso, tiene buen destino pues se aferra a las suelas de los zapatos, a la ropa de la gente inadvertida y sufre las dolorosas transformaciones en la boca del que lo mastica. Pero este "chicle", insistente y pegajoso, ha dejado huellas en el corazón de la protagonista y es suficiente para continuar masticando esa amorosa golosina para malearla y desmalearla a gusto. Un abrazo. guidos
27-09-2020 Y no más uno no puede dejar de ceder ¿cierto? Estupenda analogía, felicitaciones ***** jagomez
27-09-2020 —Pues parece que en realidad, tal como el chicle, es un vicio que por más que quieras cortarlo como si fuera un hilo, está tan pegado a ti como un chicle en la suela de un zapato o bajo el pupitre de un estudiante. —Un abrazo. vicenterreramarquez
27-09-2020 Wow! que interesante analogía. Me gustó. Un abrazo, sheisan
 
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