| Cuando  Malena estaba eligiendo el color de la habitación de su hija Micaela, ella   ya había decidido abandonar el hogar materno. A Malena le había costado construir esa casa en el barrio de Belgrano, más  de ocho años. Siendo muy joven se había casado, ya medica ella, con el corrector Héctor. Sus padres no vaticinaban un buen final para ese matrimonio, Ella medica, el sin ningún oficio  redituable. Los padres de Malena le pusieron una peluquería, para que cortara él cabello igual que el padre de ella, pero eso tampoco  prosperó.  Después que nació Micaela, siete años luego de su primer hijo Matías, se divorció.Ahora es viuda.
 Mica que viajó a Barcelona para  huir de las tragedias familiares, trabajó de camarera hasta la pandemia del 2020.
 Le  había dicho a su hija que no pondría un peso más, para que  viviese en el exterior, porque sus finanzas estaban agotadas, pero ante inminentes catástrofes en España,  en estos días  se produjo la repatriación con un vuelo carísimo  de Aerolíneas Argentinas, que trajo a Micaela al hogar materno.
 Malena que está en edad de jubilarse, no puede porque sus dos hijos no tienen empleo, debido a la globalización, al avance tecnológico,  en lugar de sujetos físicos,  a la catástrofe mundial pandémica, y  porque  no tuvieron una figura paterna  como ejemplo, según diagnostica la psicóloga, a la que acude desde diez años.
 Tiene a sus padres vivos, y a su hermano, que vive en New York, alejado de Sudamérica,  que cuando Micaela quiso viajar a visitarlo, en la época de la gripe aviar, a pesar de que ella es su sobrina , no estuvo de acuerdo  ya  que  podría  contaminar a sus dos pequeñas hijas nacidas por inseminación artificial, luego de un arduo esfuerzo para su concepción.
 Malena, está llena de bendiciones ya que sus hijos están ella.
 Matías es carnívoro, Micaela totalmente vegana...
 
 
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