La noche es profunda y solitaria. Es hora de dar la espalda y partir sin mirar atrás, dar unos pasos y pensar en incendiar la ropa. La gran avenida está desierta y quizá por esa inercia de alejarse pronto no queda paciencia para esperar el taxi.

Camino hasta el cruzero. La avenida es más larga y oscura de lo que creí. Cualquiera podría ser asaltado bajo esta oscuridad. Acelero el paso y miro atento atrás y hacia adelante. Ahi hay un tunel subterráneo iluminado. Bajo por las escaleras pensando que será más seguro, más al entrar al tunel me percato de que una multitud de hombres duermen agazapados ahí en pleno tunel para transito de los peatones.

Vuelvo a salir hasta la calle deduciendo que definitivamente es mas seguro caminar afuera. "¿Qué no pasará algún taxi? "

Miro en el hirizonte nocturno una nube densa. "Justo hasta abajo de esa nube llega tu libertad" me dice una voz interior. Y camino. Camino aprisa y alerta.

Llego a la otra avenida transitada. Ahi, entre dhilers menudistas repartiendo dosis a los indigentes espero mi viaje y me alejo pronto.