A mi hijo
La vida no se detiene, te arrastra, te lleva.
Tal como el agua del rio que no vuelve.
Así como no volverás.
Me quedo aquí con mi boca tan llena de silencios y mi corazón tan lleno de tristeza.
Tu mente ahora viaja lejos, tu cuerpo aún tibio se resiste.
Acaricio tu rostro, tus brazos, tus manos, estás tibio, mi corazón sobresalta, con la esperanza que no es verdad que te estás yendo.
Tu alma sale del cuerpo, yo me quedo aquí, debo construirme de nuevo.
Me hice pequeña como una niña huérfana y
en ese proceso de construirme de nuevo,
me vas a faltar vos, con tu ternura,
tu compañía, tu voz, tu risa!
Te amo hijo de mi vida,
te envuelvo en mi abrazo,
allí donde estés!
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