UN DÍA FELIZ PARA MI NARIZ
Hace algunos días, había notado una respiración triste en mi nariz y no sabía lo que le sucedía. Mi nariz suspiraba de una forma tan diferente, lo cual me inquieto y le pregunté:
¿Qué te sucede?
-Mi nariz respondió: sé que me cuidas y mantienes mi salud, pero necesito pedirte algo más.
Yo le dije que me contara lo que le inquietaba.
Me comentó que entendía perfectamente lo prohibida que era aquella mujer que amaba, pero que no encontraba nada indebido con tocar su nariz, lo dijo de una forma tan enternecedora que me conmovió y con su lógica me convenció.
Así fue que acudí a ella, hermosa princesa vedada , a la que le pedí de una forma tan sutil que me dejara tocar su nariz. No fue tan sencillo convencerla, pero accedió al no encontrar algo que lo impidiera, al comentarle que era como saludar de mano o darnos un simple abrazo, además de darle mi palabra de caballero de no ir más allá y respetar los límites dados. Solo era tocar su nariz con la mía, como un simple gesto.
Pero no sucedió solo eso.
En el momento en que mi nariz toco la suya, mis labios al estar tan cerca de los suyos y ante la incapacidad de besarlos hicieron que mi corazón se estremeciera, aumentando sus palpitaciones sin control, mis pensamientos indignados por saber que era prohibida, junto con las manos y brazos temblando sin movilidad por no poder abrazarla mucho menos acariciarla, con el alma deseando escapar, por el coraje que le daba al estar tan cerca de nuestra bella dama sin posibilidad de nada, pero claro, mi palabra de caballero no me permitía robarle ni un solo beso, solo para apaciguar aquel momento y evitar estar muriendo por dentro.
y mientras tanto, mi nariz encontraba la felicidad en ese preciso momento. |