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Frase propuesta: "Tenía la virtud de saber escuchar"


En la oficina todos lo ignoraban. Francisco, el cadete, era el encargado de repartir la correspondencia, hacer los mandados, quitarle la hoja al almanaque o realizar cualquier diligencia menor. Era algo así como el "Chepibe" de la empresa.
Algunos, los más listos, lo mandaban a comprar cigarrillos al kiosco de la esquina, o facturas a la panadería de la otra cuadra, aunque cuando llegaba el momento de compartirlas en el intervalo de diez minutos del que disponían para tomar un café, nadie se acordaba de él para invitarlo a saborearlas.
Otros se burlaban explícitamente de él y le preguntaban si servía para algo más, pero él no se daba por aludido y cumplía fielmente con su humilde tarea.

Pero Francisco tenía la virtud de saber escuchar. Mientras servía el café en las reuniones de personal demoraba el tiempo de servicio interiorizándose de la marcha de la empresa y en cuanto le era posible escuchaba, entre pasillos, las órdenes del gerente de la empresa a sus subordinados, y las conversaciones de los empleados en general, que muchas veces distaban de ser provechosas.
Poco tardó nuestro humilde cadete en conseguir las claves para entrar en la página de la empresa y estudiar los más mínimos movimientos de la compañía, que analizaba largamente como si en realidad le compitiesen para su puesto.

Hacia fin de año hubo un importante movimiento de personal y un alto cargo jerárquico quedó vacante, por lo que se llamó a concurso para cubrir tal cargo, no sin antes dictarse un curso de capacitación dirigido al personal inscripto, costeado por la empresa.
Más de uno esbozó una sonrisa al ver el nombre de Francisco en la lista de inscriptos para el ascenso, y hubo quiénes protestaron acaloradamente cuando su planilla de inscripción fue aceptada.

No era de esperar entre sus compañeros que Francisco, durante el tiempo que duró el curso, siempre tuviera la respuesta justa a las preguntas de los profesores, y que se explayara en conocimientos y estrategias que ninguno de ellos dominaba.
Cuando llegó el momento del Concurso de Oposición, todos se abocaron a presentar un trabajo lo más prolijo posible, alguno copiado literalmente de los textos informativos, pero la instancia más tensa fue el momento en que cada uno debía exponer su trabajo y defender oralmente sus conceptos.
He aquí que todos se miraron con incredulidad cuando Francisco expuso, con seguridad y elocuencia, los fundamentos necesarios para el manejo de la empresa, con opiniones personales y una erudición que dejaron con la boca abierta a más de cuatro.

Demás está decir que Francisco dejó de ser el "Chepibe" de la oficina, obtuvo el ascenso, y en poco tiempo se convirtió en la figura principal de la empresa.
En adelante, cuando él llegaba a la oficina, todos lo saludaban con respeto y a la hora del café nunca dejaron de invitarlo a compartir las facturas compradas en la panadería de la otra cuadra.

Texto agregado el 15-09-2020, y leído por 234 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
14-12-2020 Una persona sumamente inteligente, capaz de sobreponerse y de ver más allá de lo que podría parecer o incluso escuchar. Una historia contada de manera minuciosa y prolija. Saludos y estrellas! crom
16-09-2020 Saber escuchar es una conducta en peligro de extinción y pucha que es importante, en tu texto se demuestra que muchas veces el que menos de jacta de saber es el que más sabe. Te felicito, querida. gsap
16-09-2020 Es un buena historia. Jugó muy bien sus cartas tu protagonista. Un beso, Carlos. carlitoscap
16-09-2020 Un desarrollo ingenioso y digno de imitarlo. Aplausos al ex-chepibe. Y para ti, amigaza, mis sinceras felicitaciones. Abrazotes, Clara. Abunayelma
16-09-2020 Si algo admiro en un escritor es la propiedad en el tema expuesto. Y en este caso está por encima de la hazaña(el logro) del protagonista. Te felicito. peco
16-09-2020 Considerando esa virtud suya de escuchar y a la vez enterarse de los comidillos de los empleados, bien pudo ascender por la vía miserable de la delación, pero el hombre al parecer era talentoso y ocupó sus artes para catapulsarse a posiciones de privilegio. Un relato que lo deja a uno con un gustillo agradable, porque sin ser una moraleja, algo despierta en el que lee. Un abrazo grande, amiga. guidos
16-09-2020 Toda una disciplina, estrategia y mira, no hay enemigo pequeño. Abrazo y buen cuento. sendero
15-09-2020 Escuchó, espió y aprendió a usar sus conocimientos adquiridos sagazmente... Existen estos casos que de la nada; todo. Entonces, un curso rápido para empezar siendo un "Chepibe" de ésos (qué bueno recordar este calificativo popular)... Como siempre, un relato que da gusto leer. Saludos. hgiordan
15-09-2020 Es que escuchar es la única forma de aprender. Uno no aprende cuando opina, aprende cuando escucha. Muy bueno tu texto. Abrazo. MCavalieri
15-09-2020 Me parece más relacionado con la inquietud de aprender. Por supuesto saber escuchar es también una gran virtud. Bien por Francisco !!! Cinco aullidos atentos Steve
 
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