desde que nació supo que llegaría a lo más alto... y así fue... era bello, sano y fuerte... de gran carácter y de corazón bueno... su vida la vio, su destino pudo ver desde que tuvo una visión... acumuló mucho conocimiento, laboró y ayudó a quien necesitaba de su ayuda, ya se consejo o su dinero... supo que el dinero es como el río... hay que dejarlo fluir para así ampliar su fuerza y densidad... ganó muchos premios en sus estudios y en los deportes... fue gran amigo de todos... y todos le querían... y sus enemigos lo admiraban... sabían que llegaría lejos y alto... y así fue... no se casó ni tuvo hijos... su dedicación fue la humanidad y el buen hacer, sabía que no podría dedicarse a la familia y menos a los hijos... supo que este mundo estaba lleno de padres y familias y niños por doquier... así fue que su dedicación fue creciendo hasta llegar a ser muy rico... pudo quedarse allí, pero decidió ser poderoso para así ayudar a gran parte de la humanidad... y así fue... fue el hombre mas poderoso de este mundo... reyes y reinas, presidentes y sabios se acercaban hacia el... y a todos recibía y daba sus consejos... nunca olvido su ayuda a quien lo necesitaba... fue presidente del país mas poderoso... y supo gobernar y hacer crecer a muchos países y a los pobres y desnutridos ayudó... dormía poco pero aun tenía fuerzas para hacer lo que amaba... servir a la humanidad... ya cerca de los sesenta y siendo aun poderoso, fue a reposar un día... acompañado de agentes y sirvientes y amigos y gente poderosa... llegó a un lugar cerca de un desierto que ni nombre tenía... se detuvo y pidió a toda su capa humana que no le siguiera... quería pensar y comulgar con Dios... en la soledad de un desierto sin nombre... caminó por horas hasta desaparecer del gentío... agotado se detuvo y bebió un poco de agua que guardaba en su bolso... miró el atardecer, y vio como lentamente se ocultaba la luz del desierto... de pronto supo que estaba perdido y que era muy difícil encontrar el retorno a su lugar... un viento poderoso le envolvió y con una manta se cubrió el rostro hasta que llegó el día y agotado se levantó y vio un amanecer... se arrodilló y pidió a Dios le diera la respuesta a su única pregunta... ¿He obrado bien para tus ojos?... un viento le arrancó su blanco pañuelo que guardaba en su cuello... le siguió y llegó hasta un lugar mas desierto que el desierto mismo... y vio a lo lejos que un hombrecillo se le acercaba... era un anciano de cerca de noventa y pico de años, cubierto de trapos y con un sombrero de trapo en su cabeza, y casi encorvado pasó por su lado... el hombre le dijo si tenía sed... el anciano de ojos hermosos respondió que si... y agregó que mas sed tiene de la verdad y que ella misma está en todas partes y también en cada corazón de toda criatura viva... aún así vamos a dejar este vida... y volveremos a ser uno con el río de la verdad... el hombre mas poderoso vio cómo se alejaba y le pidió le ayudara... el anciano le dijo que se acercase... un poco mas... mas... mas... y ya casi juntos, el anciano le besó los pies y las manos... el hombre le miró los ojos y supo que en ellos estaban todos los hombres y mujeres y toda criatura viva o creada por Dios... y cada parte de este ser repetía una palabra... "recita"... "recita"... le vio alejarse y supo que su vida estaba en todas partes... y si algo debía hacer era vivir cada segundo como si fuera el último de todos los segundos de vida... siguió caminando hasta encontrar a todo su grupo... volvió a su hogar, a su casa presidencial... era el hombre mas poderoso... y agotado, se fue a descansar... a la mañana siguiente, se presentó ante todos los medios de comunicación y renunció a todo... se quitó la banda presidencial y sin mas nada que sus ropas puestas, desapareció... caminó sin parar hasta llegar a la orilla del mar... entró con las ropas puestas y nadó y nadó hasta llegar a lo mas profundo del mar... agotado, supo que se ahogaría... y ya casi ahogándose... recitó... y dijo palabras jamás oídas por ser humano... y el mismo creador le llevó a sus brazos y con la calma de todas las olas y nubes del cielo, le escuchó... el hombre sonrió y muchos peces le llevaron a un lugar, una isla jamás tocada por ser humano... el hombre caminó, se postró y recitó hasta el ultimo de todos sus días y noches... y aquellos versos eran de amor, gratitud al creador y al señor que estaba esperándole en una isla jamás pisada por ser humano... nadie supo mas de aquel hombre... nadie... solo el señor y el creador... |