Ella soñaba que algún día juan le llevara rosas. Ella las podía comprar pues tenía dinero hasta para regalar. Él no era uno de esos hombres románticos y detallistas, era un hombre muy parco y de sentido común. Esther le insinuó de mil maneras su debilidad por las flores, pero no entendía o se hacía el pendejo. La guerra lo endureció tanto que llegó a considerar que eso era cosa de afeminados. La guerra hizo estragos en su personalidad, pues siempre que andaba por la calle regresaba a mirar a un enemigo imaginario que amenazaba con hacerle daño. Ella no perdía la esperanza de recibirlas algún día. El día llegó pronto, Juan le compró el ramo más hermoso que encontró. En el camino iba oliendo los suaves aromas que emanan las rosas. Al llegar a su casa, abrió la puerta sin hacer mucho ruido, pues quería sorprender a Esther. Caminó en puntas a su alcoba, pero llegó tarde pues hacía poco acababa de morir.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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Texto agregado el 12-09-2020, y leído por 137
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Lectores Opinan
13-09-2020
No dejar para mañana, lo que pudiste hacer ayer. Abunayelma
13-09-2020
Te das cuenta lo importante que es vivir a pleno? MujerDiosa
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