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Inicio / Cuenteros Locales / Aaavedemetal / Cuento. Amores perros versión completa.

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Aquélla mañana encontré otra vez un par de mierdas de perro frente a mi departamento. Era la tercera vez en una semana que venía haciendo tal descubrimiento, primero en la calle donde vivia luego en la banqueta, y ahora frecuentemente frente a mi puerta. Tenía que tomar medidas drásticas y definitivas.

Mi hermano, al que había avisado de mi infortunio con la finalidad de que me ayudara a vigilar de vez en cuando para encontrar a los autores responsables de "tan expresionista y viscerales obras", que si bien "solían ser consistentes eran definitivamente repugnantes" me había dicho en tono burlón además:

"El mejor método para descubrir la mente criminal que está detras de todos estos actos terroristas (seguramente se refirió a las mierdas y perros y sujetos responsables de tales) es simple, basta con que tomes las mierdas en bolsas de plástico, las introduzcas en frascos de vidrio y las estudies como muestras y pistas a seguir. Comparalas para estar seguro que se trata del mismo perro ignoto a seguir del cual no tenemos ni siquiera su descripción física. En seguida, si eres hábil, y usando uzo del olfato y el tacto, podrás deducir si se trata de un perro fino, si vive en casa, si es callejero o etcétera. La práctica constante del estudio de las mierdas podría revelarte hasta la raza, el sexo y edad del perro". "Pues quizá se trate de un perro callejero o incluso varios perros y tú estés tomando una falsa dirección en tus investigaciones"

"Ahora bien, podrías llevar las mierdas a un laboratorio pero esto puede poner de sobre aviso al dueño del perro, que de existir y enterarse que lo estas siguiendo escapará antes de que lo agarres. Seguiría con sus mierdas seriales en otro vecindario, se saldría con la suya y tú como eres un hombre de honor y principios, un luchador social, un idealista y casi casi el último héroe y redentor de nuestra sociedad no querrás que se te escapen tus archirivales y antagónicos cómplices."

"Asi que no te queda más que poner tu propio laboratorio secreto en tu departamento, estudiar un poco de quimica, otro poco de genética canina, y poner manos a la obra"

-"Deja ya de burlarte de mi.-le dije. "Lo único que te pido es que si de vez en cuando vienes a visitarme hagas algo útil de paso y vigiles por si casualmente descubres cual de los vecinos esta dejando cagar a su perro por todas partes. Es muy probable que el dueño del perro viva en esta calle si no es que en este mismo edificio"

Yo vivía entonces en uno de esos palomares de la ciudad. Rentaba el 401 en el cuarto piso desde hace más de ocho meses y no me habia encontrado antes con tales percances. Podia soportar que entre mis vecinos hubiese malvivientes, dhilers, o vecinos quejosos. Podía soportar que me robaran tenis del tendero, que me ordeñaran agua del tinaco, o el ruido de los vecinos, (aun que generalmente el ruidoso era yo) podia soportar hasta que la agarraran de su ruta los testigos de Jehová y me despertaran los domingos , o que me obligarán a ir a las juntas vecinales, pero de ahí a tolerar mierdas frente a mi puerta era algo que excedia mi tolerancia.

Obsesionado con ese problema me daba por estar asomandome por la ventana a cada instante cuando una noche, descubrí lo que nunca creí posible. Justo frente a mi departamento, vivía mi amada Dafne, mujer realmente hermosa y dueña de mis embelesos por la cual me había mudado yo hace ocho meses a ese edificio sólo con el fin de estar más cerca de ella. Y ahora la veía paseando a su perro marduke y dejándolo cagar en plena acera. Refugiandose entre las sombras ella volteaba hacia los lados y el perro hacia de las suyas, luego los vi hecharse a huir los dos dejando la huella de su delito.

Consternado por tal descubrimiento empeze a empacar mis cosas. Tocó la puerta mi hermano y le expliqué inmediatamente mi desicion de mudarme lo más lejos posible de ese vecindario sin atreverme a revelarle que era mi propia mujer la responsable de lo que estaba sucediendo.
"Prestame tu ranfla" le dije y tras convencerlo accedió a darme las llaves. Incluso me ayudó a subir las cosas al auto.

De pronto sonó el teléfono. Sabía que era ella.

- Amor si vaz a venir q sea temprano. No quiero que otra vez te metas a la casa en la madrugada. Me dijo mientras yo imaginaba su tibio perfume.
-Pues no parece disgustarte mucho.
-Amor mañana entro temprano, mis papás escucharán rumores de los vecinos, en una de esas te hechan a la policía por allanamiento de morada...¿Para que buscarte un problema cuando podemos estar muy agusto en tu departamento? ¿Vaz a pasar por mi hoy o no?-


_"¿en mi departamento? Que cínica! "(Pensé)
-Esta bien mi amor, -le dije- hagamos un trato, paso por ti en una hora, vayamos a cenar y te paso a dejar a casa de tus papás antes de media noche.

Subí a la ranfla cargada de mis cosas dispuesto a mudarme enseguida a la casa de mi madre en lo que encontraba un departamento lejos de mi amada. Mi Dafne, al verme llegar por ella en tal carcacha me preguntó:

"¿Y tú q onda? ¿Ahora te dedicas a compra y venta de tiliches?-

-No mi amor, tu sabes, a veces hay que acomodar cosas en la casa, hacer algunos cambios. Mira, tengo que llevar esto a casa de mi madre , pero por que no vamos a cenar y pasamos a un bonito hotel antes. Luego te paso a dejar y después voy a dejar esto.-

-está bien mi amor- me dijo mi Julieta.

Finalmente terminamos en la cama entre sabanas revueltas y muy abrazaditos. Ella tomaba una siesta y estaba lejos de sospechar que mientras la abrazaba y aún sentiendo el poder del elixir de su erotismo yo me disponia a pensar mi próxima mudanza.

Texto agregado el 10-09-2020, y leído por 191 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
11-09-2020 Proposito. ??? No entendí Steve
 
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