Por culpa de la pandemia, 
y sin clase presencial, 
un nuevo rol ya se impuso, 
el de maestro virtual. 
 
La necesidad apretaba, 
y firmes en la trinchera, 
trataron desde la compu, 
que nadie se quede afuera. 
 
Muchas horas, tanto esfuerzo, 
con talento y vocación, 
a los chicos educaron, 
entregando el corazón. 
 
Si la compu se tildaba, 
pasaban al celular, 
y les mandaban lecciones, 
con fotos desde el what sapp. 
 
Como parece que el virus, 
aquí se quiere quedar, 
aguzarán el ingenio, 
y enseñando seguirán. 
 
Será video llamada, 
o algo nuevo inventarán, 
más contra viento y marea, 
su objetivo cumplirán. 
 
Con estos humildes versos, 
hoy los quiero homenajear, 
Dios los bendiga docentes, 
en la historia quedarán. 
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