Estamos en tiempos de cambios, en tiempos de empacar (para los que se van), tiempos de regocijos para los que llegan, y de reflexión para los que ya no estarán en el poder. Pero con todo eso, seguimos en tiempo de pandemia por el COVID-19.
Estamos a ley de pocos días para tener un nuevo presidente, y también para tener un nuevo ex presidente.
Dicen que hay que esperar los primeros 100 días para poder analizar el rumbo que va a tomar el nuevo gobierno en la Republica Dominicana. Mientras el hacha va y viene y ya que pronto tendremos un nuevo ex, le invito a leer un cuento que escribí en el años 2005 y el mismo es parte de la antología de los mejores cuentos en la Agenda Latinoamericana Mundial, ahí le dejo:
El ex presidente
Había planificado todo perfectamente, hasta el más mínimo detalle lo tenía contemplado en su plano de malicia, según sus cálculos nada fallaría. Primero haría el fingimiento de un infarto, que lo sacaría del país sin ningún problema y así duraría todo el tiempo que quisiera en el extranjero, para allí, poder disfrutar del dinero que se había robado, cuando era presidente de la república, donde acumulo una riqueza mayor que la de cualquier magnate petrolero en el mundo, (que es mucho decir).
Él era abogado de profesión, la cual la había ejercido durante muchísimos años, defendiendo criminales, ladrones y todas clases de delincuentes claramente declarados, y con esa agilidad extraordinaria, que había acumulado en el ejerció del derecho y que siempre posen los abogados del patio, logró fácilmente salir del país, evadiendo de una manera descarada la injusticia de nuestra patria, perdón quise decir la justicia de nuestra país.
Estando en el extranjero, gozoso de lo que había hecho y satisfecho hasta lo sumo de su gran maniobra, empezó la difícil tarea de gastarse desmedidamente el dinerito que le había robado al pueblo que tanto confió en él cuando lo eligió como presidente de la República; lo primero que compró fue un lujoso apartamento en uno de los lugares más exclusivo de Miami, luego con carácter de urgencia compró un elegantísimo automóvil alemán tipo deportivo y a cada uno de los miembros de su familia le compró otros, no menos costosos, para que no se pusieran celosos.
Continuo con la difícil tarea de gastar dinero sin doliente, comprando muchísimas ropas de diseñadores súper famosos, que él nunca había escuchado, fue tanto así, que un traje que él compró, costó muchísimo más que todos los sueldos juntos ganados por la domestica de la casa, que dicho sea de paso le crió a sus dos hijos y trabajó como una burra toda una vida con ellos y al final la despidieron sin darle un solo centavo.
Siguió el derroche, y compró joyas, zapatos costosísimos e hizo muchísimos regalos a sus amigos y allegados, de repente se parecía a Santa Claus (aunque no tenía la enorme panza), más bien, parecía el ser humano más generoso jamás visto en la faz de la tierra, porque los regalos llovían sobre todos sus conocidos, algunos decían que el infarto lo había transformado, porque antes de eso parecía ser un nacido de Bani.
Un día, cuando él más alegre estaba disfrutando del adulterio, le llegó un leve dolor de cabeza y acompañado de un calambre en su brazo izquierdo, eran las once y media de la noche, estaba fuera de su hogar y lo acompañaban dos hermosas rubias, que no entendían ni pio de español, fue algo repentino y de una forma verdadera el infarto mortal que no toco la puerta de la lujosa suite presidencial en uno de los mejores hoteles donde estaban, no preguntó si podía entrar a la bella habitación, solo llegó, y lo sacudió fuertemente, se apoderó de él en un segundo como si fuese un espíritu maligno, o como si fuese una ola violenta que arrebata la arena, así mismo entró aquel horrible infarto en su vida, era idéntico al mismo infarto que él una vez fingió, aunque este era más feroz y malvado.
Llegó tan de pronto que no dio tiempo a nada, las dos rubias salieron como locas del hotel, dejándolo tirado en medio de todo el lujo, cuando lo llevaron al hospital estaba casi muerto, pero los médicos se movieron rápidamente, atendiéndolo de inmediato, haciendo todo a su tiempo y con una efectividad impresionante haciendo casi milagros, pero aun así no hubo forma de revivirlo.
Todo fue en vano, ni el dinero que se robó bastó, pero gracia a ese mismo dinero lo tenían ahí, respirando forzosamente como si fuera en exhibición tendido en una muy cómoda cama de hospital, conectado por muchísimos aparatos, moribundo, hecho todo un vegetal, sin poder mover ni un dedo, pero con los ojos bien abiertos y despabilados para ver todo lo que se movía, sin poder pestañar siquiera, con los oídos activados, escuchando el más mínimo insulto que le susurraban a su oído, pero algo le daba fuerza para vivir, quizás la esperanza de gastar toda su fortuna robada.
De inmediato la noticia corrió en su país por las cuatro esquina, así mismo como corrió Félix Sánchez en los juegos Panamericanos de Santo Domingo, ¡huuaao!, fue tan rápido que ni lo vi cuando cruzó la meta, fue como un verdadero relámpago, así mismo también corrió la noticia del ex presidente, primero llegó a su ciudad natal, y allí los habitantes se alegraron muchísimo del gran hecho producido por Dios, luego la noticia se regó por toda la nación y lo celebraron en toda parte con mucha algarabías y jubilo, excepto algunos, sectores poderosos de la sociedad, que fueron cómplices de lo incorrecto en la patria de Duarte.
Todo el país estaba de fiesta, porque el Todo Poderos le había cobrado al ex presidente, lo que la injusticia del país fue incapaz de cobrarle (creo que me equivoqué nuevamente con el termino de justicia e injusticia, pero a partir de ahora, para que no haya más errores de mi parte, donde quiera que usted señor lector vea la palabra injusticia entienda justicia o viceversa, porque en mi país las dos palabras son casi iguales).
Toda la familia del ex presidente estaba aparentaba triste y preocupada con el hecho, aunque algunos de ellos estaban en realidad calculando lo que le tocaría de la inmensa fortuna, su hija (que era una rebelde) sin embargo era la única que en verdad estaba nerviosa y triste, la única que no estaba pensando en el dineral que estaba por caer del cielo, pero los demás no hacían otra cosa que sacar cuentas y sumar numeritos, principalmente la esposa que había tenido una serie de disgustos y diferencias con el ex, que surgieron en los cuatro años del muy mal gobierno, tan malo que destruyó el país por las cuatro esquinas y también su hogar.
Sin embargo su mujer estaba al frente de todo en cuanto a las atenciones médicas y su cuidado personal, mientras que el hijo (quien era el mayor de los dos que ellos tenían) se ocupaba de los asuntos financieros, mientras que su hija, como siempre estaba siendo marginada (quizás por el asunto de la adición a las drogas). Por otro lado, los hermanos y otros familiares del ex mandatario viajaban constantemente desde la media isla hasta los Estados Unidos, ellos, estaban gastando toda una fortuna en pasajes de ida y vuelta, pero eso no le dolía, no porque querían mucho al familiar sino, porque el dinero que estaba gastando salía de la cuenta del paciente. Muchos de sus ex funcionarios se concentraron en el famoso hospital anglosajón, para decir presente con la ilustre familia, ya que le agradecían bastante (¡Imaginase porque!).
Dice un refrán popular muy famoso en mi país: “hierba mala nunca muere”, eso precisamente estaban diciendo casi todos los habitantes de la media isla en relación al ex presidente, que andaba después de varios años vivito y coleando, como si nada hubiera pasado en su vida, estaba metido nuevamente en los afanes politiquero, gozando del más amplio prestigio de seriedad y honestidad, comprando simpatizantes por toda partes con todo el dinero que aún le quedaba y sobornando a quien se le metiera por el medio para impedir su gran triunfo electoral .
Tenía muchísimas posibilidades de ser nuevamente presidente de la república, porque casi todas las encuestas lo daban como seguro ganador de las elecciones presidenciales, aunque es bueno decir que la mayoría de esas encuestas eran muy bien pagadas por el coordinador de su campaña electoral, la cual era muy costosa.
La propaganda de la campaña electoral, que lo llevó nuevamente al poder decía así: “por serio y honrao, fulano ya está ganao”
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