Érase una vez, una jirafa llamada Rebeca estaba sentada en el parque muy triste. Cuando de repente paso Pepe el ratón se acercó a ella muy amigablemente y le preguntó:
¡Hola! ¿Qué te pasa? Porque estas tan triste le dijo,
Yo soy Pepe, y tú cómo te llamas?
Yo soy Rebeca, respondió.
Que quieres aquí, le dijo Rebeca.
Tú también vienes a burlarte de mí,
¡Qué dices, claro que no! dijo Pepe.
Rebeca le conto como se sentía.
Pero Rebeca no llores! no te preocupes por esas cosas tan tontas.
Mira escucha! al menos tu puedes ir por mucho más lugares que yo. Y nadie te tiene miedo, puedes alcanzar el fruto del árbol más alto y puedes ver las cosas maravillosas que hay en las alturas y puedes tocar casi el cielo, no es lindo.
Estoy muy triste le dijo, porque aquellos que dicen ser mis amigos solo se burlan de mi, Solo porque tengo el cuello demasiado largo y mis patas muy cortas, dicen que soy muy fea.
Buuuuuuuu!!!
Tú crees Pepe, Claro que si Rebeca en cambio yo puedo ser pisado por un elefante, pero que bueno que también me tiene un poco de miedo Ji,ji,ji… dijo Pepe…
Soy tan pequeño que no puedo hacer muchas cosas que tú haces. Así que deja esa tristeza Rebeca, sonríe que tú debes estar muy orgullosa de lo que eres, así que cambia ese ánimo y vamos a pasear.
¡Bueno está bien vamos!
Entonces cuando comenzaron su paseo por el parque Rebeca empezó a escuchar…
¡Ayuda! ¡Ayuda! Por favor…
Rebeca le dijo a Pepe: Escuchaste eso. Yo no dijo él que fue.
Ayuda! Ayuda! Miau…
Si ahora si lo escuche de donde vino eso, ay que buscar.
Rebeca tu buscas por arriba y yo buscaré por aquí abajo.
Y en ese momento empezaron a buscar, cuando en el árbol más alto había un hermoso gatito asustado y empezó a llamar.
Aquí mírame, arriba! estoy aquí por favor ayúdame a bajar de aquí tengo mucho miedo, decía el gatito.
Acto seguido; Rebeca pudo ver al gatito y dijo, mira pepe allí esta.
Dónde, donde yo no lo puedo ver.
Arriba, arriba mira!
Así que Rebeca fácilmente acercó su cabeza con su largo cuello en el árbol y el gatito pudo bajarse cuidadosamente.
Muchas gracias señora jirafa por rescatarme, le dijo el lindo gatito, no sé qué hubiera hecho sin su ayuda, tenía mucho miedo. Y el gatito después de darle las gracias a Rebeca se fue muy contento.
Ya viste Rebeca, le dijo Pepe, si no hubiera sido por ti no hubiéramos podido salvar a ese lindo gatito.
Yo, con este tamañito no lo hubiera podido ayudar. Así que te felicito Rebeca, eres una héroe.
Tienes mucha razón dijo Rebeca, debo sentirme orgullosa de como soy y no hacer caso a lo que digan los demás, ya no estaré más triste, gracias Pepe tu si eres mi mejor amigo.
Pepe le dijo:
Así es Rebeca, todos debemos aceptarnos y amarnos como Dios nos ha hecho, él nos ama a todos por igual. Y todos somos lindos.
Y desde ese entonces Rebeca nunca más volvió a estar triste gracias a la experiencia vivida con su mejor amigo Pepe.
FIN
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