La diferencia de estar contigo parte 7
David no estaba de acuerdo con lo que estaba haciendo. Me decía que me estaba equivocando, juzgaba a Jaime diciendo que es un aprovechado, eso me molestaba porque estaba equivocado.
Después de varios meses de salir por fin se dio ese día. Lo invité a mi casa para que la conociera. Vio todos los reconocimientos y fotos que tengo de los viajes de España, Canadá, Brasil, Israel, Dinamarca y Finlandia.
Lo llevé al comedor en donde nos quedamos un buen rato. Platicamos de tonterías hasta que subimos al cuarto de video. La cosa se puso romántica y por primera vez pasó lo que tanto esperaba.
Aquella noche lo vi sin ropa, su cuerpo parece esbelto, pero no es así. Tiene musculosos los brazos y su abdomen comienza a estar marcado, la verdad es que me acomplejó verlo tan guapo y bien formado. Me puse una camiseta negra larga, debajo no traía nada, pero no pensaba quitarme la camiseta, no quería que viera esa gordura que me pesa todos los días.
-Ven – me dijo. Se tiró en la cama.
-No, mejor yo abajo – le dije. Mis rodillas no aguantarían.
-Está bien, acuéstate junto a mí – él se levantó y se colocó arriba de mí.
Me besó el cuello, la boca, las orejas. Yo estaba paralizada y fría, no me calentaba. Estaba más preocupada porque no me quitara la camiseta y me viera desnuda que disfrutar de aquella carne que tenía encima de mí.
Sus manos comenzaron a bajar, con mucho miedo me pidió algo que no podía hacer.
-Quítate la camiseta.
-No – dije rápidamente.
- ¿Por qué? – Preguntó – quiero verte. Quiero explorarte.
-Es que…. No mejor con la camiseta puesta – él no insistió.
No me excitaba mucho, estaba preocupada. Bajó hasta mi sexo para olerlo, eso sí que me prendió. Abrí las piernas y lo vio, completamente intacto. La abrió y comenzó a lamerlo, sentí cosquillas, pero me gustó. Él estaba muy duro, lo sentí entre mis piernas.
Abrió mis piernas y las llevó hacía mí, estaba completamente expuesta, estaba llena de saliva y fluido, aun así, costó que la metiera. Dolió mucho.
Continuará…
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