Había una vez una mariquita llamada Renata, en su escuela tenía a su mejor amiga, ella era Claudia que la había invitado a un día de campo. Claudia había invitado a otras compañeras también;
Renata al llegar a casa fue corriendo a contarle a su madre sobre el día de campo, ella le pregunto si podía ir, su madre le dio permiso pero antes le dijo: Te voy a dar un consejo hija mía, no debes alejarte mucho del grupo porque te podrías perder. Si mamá no te preocupes dijo Renata, y le pidió a su madre ir sola, porque las mariquitas tenían que ir con un acompañante adulto para no ir solas.
La madre de Renata no estaba muy segura de enviarla sola, pero Renata le dijo que no iban estar solas que otras madres estarían cuidando de ellas.
Su madre le comento:
Si la madre de Claudia va entonces no habría ningún problema y Renata le dijo a su madre, que si iba ir al paseo.
A la mañana siguiente la madre de Claudia llego a recoger a Renata para llevarla al día de campo.
Ellas estaban muy contentas por su día de campo, Renata y sus amigas después de comer rápidamente se fueron a jugar.
Ellas a lo lejos vieron un lindo castillo con muchos juegos entonces decidieron ir, y se fueron a escondidas y sin permiso de las madres presentes.
Todas se divertían mucho, entonces Renata vio que sus amigas se lanzaban del tobogán más alto haciendo piruetas sin lastimarse y Renata quiso hacer lo mismo, entonces lo hizo pero al caer del tobogán se puso a llorar porque le dolía mucho su patita,
Entonces Claudia fue corriendo a buscar a las otras madres y no pudo encontrar el camino porque se habían alejado tanto, que se habían perdido.
Claudia asustada regreso donde estaban sus amigas y les dijo que se habían perdido, y que no recordaba cómo llegar donde estaban las madres.
Las horas pasaron y las madres empezaron a buscarlas preocupadas de no verlas y antes de que anochezca… Hasta que por fin las encontraron.
Las madres estaban muy molestas por lo que la niñas habían hecho, pero Claudia les conto lo que le había pasado a Renata y la llevaron rápidamente a su casa, sus padres al verla con mucho dolor la llevaron al hospital.
El Doctor la revisó y le dijo que se había fracturado una de sus patitas y que iba a estar tres semanas en el hospital. Muchos días después sus amigas decidieron hacerle una fiesta sorpresa para cuando saliera Renata del hospital.
Luego llego el gran día, Claudia a cada una de sus amigas le pidió que trajeran alguna cosa para poder compartir y preparar la fiesta de bienvenida de Renata.
Cuando todo estuvo listo Renata llego a casa un poco triste porque sus amigas no habían ido a recogerla.
Pero al entrar a casa vio la linda sorpresa que le habían preparado sus amigas, ella se puso muy contenta al ver que sus amigas no la habían olvidado,
Todos se divirtieron mucho y la pasaron súper bien en la fiesta. Pero sobre todo aprendieron la lección. Que nunca debieron desobedecer a sus mayores porque se podrían meter en graves problemas, como le ocurrió a Renata.
FIN
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