Había una vez en un lejano país exactamente en China, llego un virus muy- muy malo y peligroso llamado el Coronavirus.
Eses virus era tan malo que viajo por muchos países, donde hacía que todas las personas se sintieran muy mal, con mucha fiebre, dolor de cabeza mucha tos hasta dejarlos sin poder respirar y algunas veces las personas no resistían y morían.
Anita era una niña de diez años, ella tenía su padre él era policía; y como el presidente había ordenado que todos se quedaran en su casa para así no ser contagiados por el malvado virus.
Pero todos los doctores, enfermeras y los policías tenían que salir obligatoriamente a cuidar a los enfermos y los policías a cuidar el orden de la ciudad y hacer que todos cumplieran las reglas puestas por el señor presidente.
El papa de Anita salía todas las noches a trabajar con su mascarilla y sus guantes para protegerse de aquel malvado virus.
Anita siempre se ponía a llorar porque no quería que nada malo le pasara a su padre.
Los días pasaron, hasta que un día su padre se empezó a sentir muy mal, el Virus lo había atacado y contagiado él tenía mucha fiebre, dolor de cabeza, mucha tos y todo su cuerpo estaba adolorido.
Lo llevaron al hospital y Anita se puso muy triste al saber lo que le había pasado a su padre.
Los médicos hicieron todo lo posible para salvarle la vida, los días pasaron y Anita no podía ver a su padre.
Pero poco a poco su padre pudo recuperarse. Anita se puso muy feliz al conocer la noticia su padre pronto saldría del hospital.
Cuando su padre regreso a casa Anita saltaba de alegría no podía creerlo, lo estaba viendo de nuevo.
Pero su padre como amaba mucho su profesión se recuperó por completo y empezó a trabajar y todas las noches cuando salía a trabajar Anita le daba su bendición y le rogaba a Dios que lo cuidara mucho… ¡Cuídate mucho papa! Siempre le decía, que al Corona virus vas a derrotar y todo volverá hacer como antes, ya tú lo veras.
Como todos estaban confinados en sus casas, el virus no pudo encontrar a nadie en las calles y empezó a morir, luego de un tiempo todos felices empezaron a vivir, poco a poco la paz volvió a la tierra y Anita no lo podía creer; otra vez podía abrazar y besar a su padre con mucho amor. Y la paz volvió a esa gran ciudad. Colorín colorado este cuento se ha terminado.


Fin