Reunido el grupo de comprometidos académicos,
casi se llega a la definición de “un Marcelo”.
Marcelo: dícese del individuo que saca a pasear a tu ex mujer.
Buena parte de los lingüistas insistieron en incorporar,
al menos como paréntesis, una referencia obvia…
(sujeto con quién la susodicha mantiene relaciones)
Otros confrontaron, aseguran que la expresión correcta sería “relaciones carnales”.
Unos pocos se distrajeron intentando detallar posiciones sexuales.
Finalmente, la mayoría acordó en que la aclaración
no resiste justificación científica.
Según estudios publicados, en el 94 % de los casos, un Marcelo… ejecuta.
Pero también se registraron tales como el amigo Gay, no asumido,
que podría tomar dicho papel.
Y otros…
Descartado entonces el paréntesis, se prosiguió a considerar planteos
de nuestra contemporaneidad.
Lo de los géneros…
Por lo tanto, se propuso oficializar, incluso, a la palabra “Marcela”.
Marcela: dícese de lo mismo pero que sale a pasear con tu ex esposo.
No faltó el grupo feminista que exigió resumir todo en “Marcele”.
Hasta aquí llegamos.
Los argumentos y sus justificaciones filosófico-ortográficas, se presentaron.
Nos encontramos a la espera de la resolución correspondiente.
Responsabilidad ahora, de la Real Academia de la Lengua Española.
(se escuchó por ahí, que mi Marcelo designado, sería medio rarito…)
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