Suenan las trompetas asesinas
y angélicos jinetes cabalgan
tras la puerta.
La noche atrapa mi cintura
mientras duermo
con el mudo tic tac
de un reloj fantasma.
Pasan los inviernos,
a menudo mi alma
se transforma
y no entiende
los ojos mutilados
que sangran
en la mezquina luna
de esta hora extraña y silenciosa.
Los cuatro elementos
asoman en las plumas
de los pájaros muertos
que se posan insomnes
en esta historia inmunda
de locas balas
que acallan a mi pueblo...
FATAMORGANA
Patricia Lara Arriagada
Texto agregado el 01-08-2020, y leído por 122
visitantes. (5 votos)
Lectores Opinan
17-08-2020
Tú, me haz hecho sentir escalofrios. Te admiro mi bella Fatamorgana. Un placer leerte. Abrazos. La_Pachamama
02-08-2020
Si hay un pueblo que no puede ser acallado, es el Chile entero. Me vino una voz cantando "... y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes...". Te abrazo y agradezco. Los versos y el alma pura para seguir dando testimonio. El_Galo
01-08-2020
No lo callarán por siempre. La voz del pueblo no es una, es proteiforme y plural, como tu poesía. ¡Saludos! OrlandoTeran
01-08-2020
Ay, cómo extrañaba tu poesía. Es terrible y hermosa. MCavalieri
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