La he visto yo con mis propios ojos,
pero he aprendido a desconfiar de mí,
porque la verdad lleva a veces a engaños
y es difícil la elección si no es a tu gusto,
el libre arbitrio es un buen consejero amigo,
fatal decisión vestida de gentil excusa.
No me atrevería nunca a falsear la verdad,
pero las evidencias están todas a mi favor,
no hay más encierro; no hay más peligro,
seguiré el ejemplo, dejaré atrás mi miedo,
ella está ahí, siempre viva, ante mí ventana,
la veo, la siento y me está ya esperando.
Voy a decirle al mundo que he despertado,
dejé atrás mis propios miedos, los vencí,
mi libertad tenía un precio y yo lo pagué.
Voy a anunciar mi salida, mi deseo fugaz,
quiero celebrar la vuelta, mi emancipación,
pero no veo a nadie, solo esa luz cegadora.
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