Alta montaña de sueños
no bajes a la pradera,
déjanos un rincón para los hombres,
para comenzar una vida nueva
un tiempo de sueños,
un amanecer puro de frescos aires.

Allí pastores seremos de cabras hambrientas
miraremos más cerca el sol,
acarreamos agua cristalina
para bañarnos felices en su pureza.

Buscaremos flores de gran belleza
para sentirnos iguales a su perfume,
iguales de puras y naturales.

Sobre esos picos danzaremos
al ritmo de nubes blancas y mantecosas,
seremos libres sin virus.
Sin leyes abstractas e infames,
con las alas doradas de amor planearemos...

Alessandrini María del Rosario