“LA SOLUCIÓN”
Nuestra hija (única) comenzaría su tan esperada carrera universitaria en el próximo año lectivo, para lo cual debía dejar el pueblo e irse a vivir a la ciudad… En sus planes contaba con trabajar y costearse su manutención, ya que la facultad era gratuita, pero el arrendamiento de un albergue enseguida quedó fuera de todo cálculo, por más optimista y joven entusiasta que ella fuera… Mi esposa y yo sabíamos que tendríamos que ayudarla desde un principio, y desde un tiempo atrás, estábamos buscando de qué manera sin decirle nada. Dentro de una nuestra economía familiar, que siempre era bastante ajustada, ese dinero extra que necesitábamos cada fin de mes, a solo tres meses del cierre de inscripción, era la apremiante situación que nos hacía sentir muy acorralados…
Después de varias noches de insomnio, y muy convencido de que esa casa de dos pisos en que vivíamos sería demasiado grande para nosotros solos, creí dar con una solución posible. Tan simple y lógica que se caía por madura; me hice la idea de que podríamos pagar ese alquiler con otro alquiler… ¿Cómo sería esto? Si mi esposa coincidía en que ocupásemos solo la planta baja, dejando de lado algunas comodidades superfluas, podríamos disponer de la alta para una vivienda más, completamente rentable. Salida casi de la nada se podría decir…
Obviamente, yo ya tenía mi plan de reestructuración listo en la cabeza. No era muy complejo, a saber; en esa planta alta ya contábamos con dos dormitorios y el baño correspondiente, más un ambiente grande vacío, (lleno cosas en desuso para regalar) donde perfectamente cabría la cocina con su living-comedor y completaría su habitabilidad. El acceso a este flamante domicilio se haría por una escalera caracol a ubicar en el jardín delantero con su portal a la calle, independientemente. Todas estas modificaciones eran factibles, simples y de bajo costo, con mis manos las podría llevar a cabo…
Entusiasmado con esta idea, enseguida quise planteársela a mi esposa como “La solución”. Pero lo haría con cierta cautela y reparo, dudaba de cuál sería su respuesta. No nos mudaríamos de barrio, tampoco nuestra cotidianidad sería afectada considerablemente, solo sería cuestión de adaptarnos a una nueva…En verdad, a ninguno de los dos nunca nos gustó vivir en un departamento horizontal, ahora debíamos acostumbrarnos a esa extraña sensación de tener gente ajena caminando sobre nuestro techo, pero valía la pena. Sabiendo esto, yo me preparaba para escuchar de mi esposa un rotundo y tajante ¡vos estás loco, ni pensar!...
Por suerte o por milagro, no fue así. Para mi sorpresa, ella escuchó mi propuesta de buena gana, se mostró interesada hasta por cada paso que yo daría para dividir esa casa en dos…
Ahí me quedé tranquilo, reflexionando en que estuve mal por prejuzgarla, que no podía esperar menos de ella, la conocía bien. En veinte años de casados me había demostrado ser una esposa con mayúsculas, de mente abierta, sin entorpecer nunca el camino a una solución con intereses propios y mezquinos, o con subjetividades o escrúpulos sin sustento alguno. En fin, no tenía por qué defraudarme justo ahora…
No obstante, una cara de preocupación le noté al otro día y enseguida pregunté por qué. Lo debí suponer; dudaba en que si entraría nuestro entrañable juego de dormitorio, regalo de casamiento, en ese dormitorio para huéspedes de abajo, lo único que sería distinto en esta vida nueva planteada…
Yo ya tenía todo medido y calculado, y estaba muy seguro de que se ubicarían perfectamente. Pero a la prueba me remitiría; enseguida le hice un croquis para que viera de qué manera. Recuerdo que con toda mi paciencia soporté que lo estudiara tan meticulosamente, tan escrupulosamente, pero cuando parecía ir convenciéndose para mi complacencia, de pronto:
-¡No me vas a decir que vamos a dormir con la cabeza hacia el Sur!… ¡No sabés que eso mala suerte…mala onda…Justo ahora que tenemos una hija que graduar… No, no, no…no vamos a conseguir quién nos alquile, ya vas a ver... ¡Atrás con tu solución!
-¿Ah, sí?... ¡Ni una palabra más!…ya está, todo arreglado… Ahora, explicale vos a nuestra hija porqué no va a poder empezar su carrera en Psicología este año…
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