A diferencia de otros días, Martín regresó del colegio con ansias de comunicarles a sus abuelos lo sucedido esa tarde.
— ¡Abuela!, ¡abuelo! — exclamó en cuanto entró en la casa — tengo que contarles algo que pasó en el colegio, ¡vengan a la cocina!
Ambos abuelos, algo extrañados por la actitud de Martín, quién normalmente llegaba del colegio con síntomas de cansancio y sin ganas de hablar, fueron a la cocina.
Martín, joven de trece 13 años, delgado, pelo castaño, tez blanca, pero ahora con su cara sonrosada debido a la excitación, comenzó a contarles: “No van a creer lo que pasó esta tarde en la clase de Naturaleza...”
Los abuelos, una vez que terminaron de escuchar la narración, se miraron con cara de interrogación, por sus expresiones no cabía duda que ambos, a pesar de lo fantástico y extraordinario de lo relatado por Martín, le creían.
La abuela, que era la más habladora, tomó la palabra y dijo: ”Esto sí que es extraño pero cosas así pasan de vez en cuando; anda a cambiarte de ropa mientras yo llamo a la mamá de ...” y se puso a marcar en el teléfono de la cocina.
Al parecer en todos los hogares de los alumnos del 7º Básico B del colegio Seminario Pontificio Menor, había sucedido lo mismo pues las líneas telefónicas y los celulares de los otros papás estaban repletos de llamadas. Por fin, la abuela se pudo comunicar.
—Sí, nosotros creemos que esto es real, que no puede quedar así, el colegio tiene que decirnos algo —la abuela movía la cabeza en señal de asentimiento mientras hablaba por el teléfono.
El abuelo, fanático de Internet, se fue a la computadora y buscó en Google: “Hipnosis”, encontrando 49.600 páginas en español con la palabra hipnosis, seleccionó una que decía: “Es difícil definir de forma resumida lo que significa este término; sin embargo nos aventuraremos a hacerlo. La hipnosis es una técnica con la que conseguimos un estado psico-fisiológico diferente del estado de vigilia normal”.
Continuó leyendo varias otras páginas web y concluyó que el fenómeno contado por Martín no iba por ese lado — mejor buscar por “Efectos paranormales” pensó— y encontró 5.240 entradas en español y continuó leyendo: “Ectoplasma y Fenómenos Paranormales. Las ocurrencias paranormales más sorprendentes suceden debido a los efectos de la actividad ectoplasmática. Los fenómenos ectoplasmáticos son: cirugía parapsíquica, apariciones, toques extrafísicos, materialización y desmaterialización, ruidos no físicos, poltergeists, teleportación, olores extrafísicos, telequinesis, entre otros. La comprensión y el control de nuestras energías, incluyendo el factor ectoplasmático son muy importantes para nuestro equilibrio energético”.
El abuelo presintió que ya estaba más cerca de lo contado por Martín, así es que escribió en su insuperable Google: “Ectoplasma” y encontró 1.650 páginas en español y continuó leyendo: “Como dato de interés diremos que fue Schrenck-Notzing el primer investigador metapsíquico que describió tal sustancia fantasmal. No obstante el Ectoplasma ha sido estudiado por varios laboratorios de reconocido prestigio y se ha descubierto que está compuesto por silicatos, agua y celulosa básicamente, es decir, mucosidad, saliva y papel. No se sabe cómo se las han ingeniado algunos médiums para sacar de la boca hasta un kilo de estas sustancias…”. El abuelo se fue a acostar alrededor de la una de la mañana, pero sin tener claro, en absoluto, de qué se trataba lo relatado por Martín.
Al día siguiente, a las ocho de la mañana partieron los tres hacia el colegio; la noche anterior los habían llamado de la Secretaría para que asistieran a una reunión con el Rector. Al llegar, vieron que la entrada estaba bloqueada por equipos de televisión y periodistas que forcejeaban por ingresar al colegio, carabineros trataba de poner orden, dejando pasar a los alumnos y a los padres y apoderados que eran previamente identificados por uno de los auxiliares del colegio.
—Parece que la noticia se ha corrido rápido —le dijo el abuelo a la abuela, mientras luchaban por entrar.
A las nueve, la sala de reuniones del colegio estaba repleta con los padres y apoderados del 7ºB. Estas reuniones que normalmente convocaban a no más de la mitad de las mamás del curso, pues los papás siempre tenían cosas muy importantes que hacer, esta vez contaba con una asistencia del 100% de los padres. El interés y expectación por lo sucedido era patente.
El murmullo y las conversaciones en la sala cesaron cuando el Rector, acompañado por dos personas ajenas al colegio, tomaron asiento frente a los apoderados. A continuación, el padre Rector, en forma familiar y distendida dijo:
“Buenos días a todos, les agradezco la concurrencia a esta reunión. Primero que todo deseo presentarles y agradecer la presencia del profesor Pedro Pérez, Decano de la Facultad Ciencias Sociales de la Universidad Católica y del doctor Ramiro Ramírez, Decano de la Facultad de Medicina de la misma universidad, quienes nos acompañan esta mañana. —ambos aludidos hicieron un gesto de saludo con sus cabezas y sonrieron, luego continuó —. Como ustedes presentirán, el motivo de esta reunión es comentar lo sucedido ayer en la tarde durante la clase de Naturaleza que dictaba la profesora señora Marisol Arancibia a sus hijos del 7ºB. La señora Arancibia estaba explicando cómo los nutrientes son absorbidos por el organismo a través del sistema digestivo, los alumnos, a medida que ella describía el proceso, comenzaron a darse cuenta que podían ver los órganos del sistema digestivo en el cuerpo de la profesora, veían perfectamente el quimo en el estómago e intestino delgado, como si fuera una maqueta viviente de lo que describía. Ante el estupor y silencio de sus alumnos, normalmente bulliciosos y desatentos a sus explicaciones, la profesora Arancibia les preguntó qué les sucedía y estos le explicaron lo que habían visto. Por lo expuesto por los niños podemos decir que el fenómeno fue percibido por la totalidad de los alumnos, que el fenómeno se producía mientras ella describía el proceso, que la señora. profesora no notó ni sintió absolutamente nada anormal en su cuerpo ni en su mente mientras el fenómeno sucedía. Que le extrañó y asustó la cara de concentración y silencio que observó en sus alumnos mientras hablaba, además de notar que ninguno pestañeaba. Bueno, —dijo el padre Rector— este es un apretado resumen de lo sucedido ayer. Ahora quiero dejar con Uds. al Dr. Pérez quien tiene algunas cosas que decirnos”.
El Dr. Pérez, un hombre de edad avanzada, cara redonda y calvo, pero con una voz fuerte y clara dijo: “La aparición de personas fallecidas en el mundo de los vivos, la creación de imágenes de seres y cosas en el espacio de una habitación a media luz, la transfiguración de una persona en otra, son cosas que los médium suelen mencionar como habituales en sus momentos de trance. La credulidad popular asigna veracidad a esas afirmaciones, al mismo tiempo que la incredulidad de los más cultos descarta la posibilidad misma de casos semejantes. No obstante, la ciencia tomó esas versiones y las sometió a análisis experimentales que probaron la realidad de tales fenómenos. En este sentido, la parapsicología, una ciencia que va de sorpresa en sorpresa, ha desdoblado la consideración de estos casos en dos aspectos de modo tal, que una cosa es el fenómeno en sí y otra, muy distinta, su explicación, —después de un leve carraspeo, el Dr. Pérez continuó— hoy la ciencia parapsicológica designa con el nombre de prosopeya a las explicaciones no científicas de los fenómenos paranormales”.
El padre Rector volvió a tomar la palabra y dijo: “Para poder explicarnos lo sucedido ayer, necesitamos hacer una serie de exámenes y efectuar evaluaciones al conjunto de niños y a cada uno en particular incluyendo, por supuesto, a la profesora señora Arancibia; en este sentido deseo solicitarles su aprobación, por escrito, autorizando estos estudios y evaluaciones, los que serán efectuados por médicos y personal del departamento de Parapsicología de la Universidad Católica. Estamos seguros que todos los padres autorizarán estos interesantes e importantes estudios y confiamos en que pronto podremos contarles los resultados obtenidos” — terminó diciéndoles el padre Rector.
¿Cuánto tendremos que esperar para tener una explicación de lo sucedido? pensaban los abuelos de Martín.
JORVAL 8
290904
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