La diferencia de estar contigo parte 2

Mi cabeza daba vueltas, toda la semana pensé en aquel policía. Estaba realmente guapo. El último hombre en el que me fijé, fue un compañero de la primaria que por cierto resultó travesti.
Mis ganas de verlo eran insaciables así que fui a la plaza comercial para verlo. No tuve suerte lo busqué por toda la plaza, fui al lugar en donde lo vi y me di cuenta que las y los policías los cambian de área en la plaza comercial.
Las siguientes semanas iba a la plaza solamente para buscarlo. Pero no tenía suerte, David decía que era una ridícula al ilusionarme con algo así, que tuviera el valor de invitarlo a salir.
-Magda ¿Quieres que alguien por fin te rompa el culo de una buena vez? Tienes que hablarle a ese asalariado para que lo invites a tomar una copa y después de lo llevas a la cama.
-Yo no quiero eso – le respondí a David.
- ¿Ay no me digas que te enamoraste de un policía? No sabes si es casado, divorciado, con hijos, gay, drogadicto.
-Es un policía.
-Por eso, cariño tú estás acostumbrada a tener lo mejor, y un policía no te lo puede dar.
-Estás equivocado – le respondí.
Y es que David tenía toda la razón. Pero nadie escarmienta en cabeza ajena.
Los viernes se habían convertido en los días que iba a la plaza, no me importaba entrar a todas las tiendas con tal de encontrarme con aquel policía. Un viernes de suerte lo vi caminando por el pasillo de las tiendas de ropa, traía la macana colgando… del pantalón, su pantalón negro con las botas por fuera, con su camisa en color gris y el logo de la empresa en rojo. Yo pasé caminando cómo toda una diva con mi pantalón y zapatos negros con mi blusa nueva que me había comprado. El policía ni me miró, yo no existía. Algunos tenían razón, seré una solterona.
Un viernes me cambió la vida.
Continuará…