El asunto parecía sencillo, no era más que agarrar la pistola y volarse la tapa de los sesos; o ir donde un comisario de policía y decir que la había violado y asesinado o hacer la más fácil, narrar su crimen en una hoja de papel y firmarla al final, luego entregarse a las autoridades y decir que era mudo. Descartó las tres opciones y pensó que era mejor tomar un veneno mortal. Salió a la calle y lo compró. Regresó a su casa, abrió la botella, la llevó hasta su boca y cuando iba a tomar el primer bocado se arrepintió y dijo:

-Más valgo vivo que muerto, sé que soy un psicópata pero nadie tiene derecho a quitarme la vida, ni yo mismo siquiera pues vivimos en un estado de derecho

Enseguida llegó un hombre y le preguntó:

-Cómo quieres que te mate, has infringido la ley y por lo tanto debes morir

-Lo sé pero no quiero morir, estás equivocado la ley me protege

-Yo soy la ley y te voy ayudar a que lo hagas por tu propia mano

-Lo he intentado pero no soy capaz, me he arrepentido infinidad de veces

-Esta vez lo harás o prefieres que ahorita mismo matemos a tu madre e hija

El hombre quedó frío ante esa propuesta. El hombre hizo una llamada vídeo y la madre le dijo:

Tienes que hacerlo por amor a mi y a tu hija

El hombre llamó a tres hombres que llegaron al rato, luego puso el revolver en la mano del psicópata, lo obligó a llevarlo hasta la sien y con su mano enguantada le ayudó a oprimir el gatillo y cuando lo vio muerto dijo:

-Tomen fotos y huellas, estamos ante un suicidio por amor a la madre y la hija, la consciencia no lo dejó vivir en paz

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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