Desde que salir se ha vuelto un peligro para la integridad no solo física sino mental, no puedo más que contemplar el paisaje de ensueño que se extiende del otro lado del ventanal. Un prado con árboles y arboledas por allá y plantas y flores de los más diversos colores que le dan vida a un extenso terreno. Por allí pululan criaturas de lo más desconcertantes y variopintas. Por cierto, hoy trabajé doce horas, dos más que de costumbre, el agotamiento hace brecha en mí, debo continuar con mis tareas en el laboratorio, pasaré por la puerta y entraré al ascensor que me llevará al círculo que tengo sobre mi cabeza, una aureola blanca rodeada de un anillo oro más grande, y en su centro un círculo blanco más pequeño, que no es sino la sala del laboratorio superior que mide trescientos metros cuadrados, a su vez es una nave espacial muy espaciosa.
El otro día llegó una muestra, proveniente de Kepler 62-f, un planeta de floreciente vida y no tan distinta, es vida. Hemos estado realizando una transfección de la bacteria en el tejido de un caballo, al parecer, la bacteria se transforma y está en un estado de competencia. Además, hemos comprobado que ha sido satisfactorio el proceso de transgénesis. En el caso de un gladiolo al que le hemos inyectado la bacteria, éste bailaba frenéticamente por lo que tuvimos que encapsularlo bajo extremas medidas de seguridad.
Sin embargo, la otra muestra, me refiero a la bacteria etiquetada como B, ha mostrado un comportamiento diferente y goloso, si bien se trata de una bacteria vampiro, ya que se come a otras bacterias, lo desconcertante es que se come todo lo que encuentra a su paso, incluida la carne, y prevalece a pesar de todo, deduzco que la sangre es su bebida favorita. Luego de dejar en cautiverio a dicha bacteria, en su respectivo recipiente, al volver una mañana, abrí la puerta y me encontré con el cuerpo de mi compañero tirado en el suelo con los brazos extendidos y sostenido por una mujer que clavaba sus colmillos en el cuello de mi amigo. Sus ojos inyectados en sangre no presagiaban nada bueno, y de sus labios caían hilos de baba, mejor dicho, de sangre. Presioné el timbre sónico, y quedó atrapada en el recinto, celda de máxima seguridad.Allí permanece en espera de las pruebas correspondientes.
A mi amigo ayer le realizamos un funeral con orquesta y todo a orillas del mar verde. Aquí hay un mar verde precioso para vacacionar, bueno, eso era antes, ahora está todo muy peligroso, más que nada por las extrañas criaturas que colonizaron el mar, y como he dicho porque ya no se puede salir sin correr riesgos. El otro día, Lopi, un duentrida, que no es otra cosa sino el hijo de un duende y un hada, me contaba de la cantidad de pacientes que visitaron su consultorio con heridas terribles, a algunas les faltaba la piel, mordidas y quemadas, las víctimas acusaban haber sido atacados por pulpos. Están consternados, al parecer, algo extraño está sucediendo con ellos, se estima que se debe a que los poseídos cefalópodos alborotadores quieren volver a su planeta de origen y por eso planean una revolución. Lamentablemente no discriminan, y atacan a todo lo que se les cruce y más allá de las aguas, caminan buscando camorra.
Lo más llamativo fue el análisis de la muestra de un pulpo, conseguida por Lopi, y puesta bajo la lupa de mi super fX1 que no es otra cosa sino mi máquina personal de trabajo. Con mis eminentes ojos de experto pude verificar que se parecía mucho a la muestra que me trajeron desde Kepler, me refiero a la bacteria vampírica. Hace tiempo que no viajo, y he decidido no ir por el momento. Aún recuerdo el día que llegué a este planeta como si fuera ayer, si bien el viaje fue a la velocidad de la luz, y no padecí tanto el nave-lag, viajar de un planeta a otro solo lo hago si el trabajo lo requiere o en casos de extrema urgencia como la pronta caída de un meteoro peligroso. En este planeta abundan los lindos lugares para vacacionar, más que nada en la zona de luz.
Aún no logro comprender que tienen en común los pulpos y los vampiros, pienso que vienen del mismo planeta, porque aquí hasta donde yo sé antes no existían los vampiros, ahora tenemos la ventaja de haber obtenido una muestra que nos espera deseosa de ser analizada.
Parece que está cenando, sonaré el timbre sónico. De algún modo no soporta su sonido, además queda encerrada en la jaula que le preparamos.
Con mi equipo le dimos todas las comodidades, hace una semana que está sentada y por el vidrio, aún no ha emitido palabra, aunque abre mucho sus ojos, un escalofrío recorre mi cuerpo en este momento.
-No te acerques, sé que puedes entenderme, si lo haces te daré 200000 voltios y caerás fulminada. Tu piel se achicharrará como una pasa de uva.
Los dos robots la sientan en la silla, mientras la miro de pies a cabeza. ¿Sientes frío? ¿Calor? Sus ojos de aceituna me miran y no dicen nada, su cara es inexpresiva, como una máscara y su cabello negro como la noche. Los robots la atenazan y la atan, suspiro aliviado de tranquilidad.
En lo que viene Eurípides, el psicólogo que además es homeópata y experto en viajes astrales, me tomo un vaso de licor de chocolate.
Comencemos con el experimento querida, vas a hacer caso a lo que dice Eurípides, en otra época se dedicaba a ser poeta, no obstante, en estos tiempos modernos su fuerte es la cultura general y ser más inteligente y sabio que antes, levanta las manos y déjate llevar por las emociones y ondas mentales, sin olvidarte de las sensaciones que recorren tu cuerpo, de pies a cabeza. Eurípides asiente con la cabeza y se dirige a mí con una venia dándome el visto bueno, me dice con voz queda: -mejor comienza colega, te cedo el honor, confío en tus profundos conocimientos-.
-Levanta las manos y mientras lo haces, cierra los ojos y visualiza una bola roja ¿podes hacerlo?
-Si, llámame Erzi.
-Está bien Erzi. Entonces ¿Qué ves?
-Un átomo de hidrógeno ensangrentado.
-Bien, es señal de que estás conectada a la matrix de la energía cósmica del centro del divino señor Quántum y conservas tu esencia de ser lo que eres y quien eres.
Eurípides me señala que toda mente conectada a la red cósmica padece de mucha excitación repentina, y que por ella bajan los datos como pelotitas de ping-pong por un tubo y la información flota como partículas, nadan estilo pecho en el agua, con su increíble belleza en la playa, bailan tomadas de la mano y mueven sus piernas al unísono y al compás de la música que tocan las estrellas del cosmos celestial cuando es de noche.
- Dame tu edad, además quiero saber: ¿De dónde eres? y ¿Cómo te llamas? ¿Por qué mataste a nuestros compañeros? Danos información criatura horrible y maligna o te la sacaremos de prepo y sin compasión.
-Tengo 10000 años y vengo del planeta más oscuro del sistema solar, la Tierra, desde que el sol se extinguió, antes me conocían como Elizabeth, Erzsébet, Batho… hizo una pausa, y siguió diciendo: ya no importa, ya no soy la misma, en la actualidad me conocen como Jesi, 100 años sin comer nada, ha sido duro para mí, ya se me veían los huesos, ahora se me ve mejor ¿no?
-Se que mientes, porque la Tierra sigue vivita y coleando y en el mismo lugar, iluminada de día, nocturna de noche, podemos verlo desde el telescopio de nuestro observatorio, admito que no sé porque a veces la veo plana, debería ser esférica, o tal vez podría ser un cubo o rombo.
-Les bromeaba, sé que aprecian a los humanos, porque son parientes, a fin de cuentas, también nos parecemos. -afirmó en un susurro, mientras mostraba sus blancos y alargados colmillos.
Eurípides intervino velozmente, la tocó con la piedra filosofal que él mismo creó y le ordenó: Ya cierra los ojos y déjate ir, vamos, vete. Dime que ves.
-Veo un pasadizo de paredes ensangrentadas y sucias llenas de moho y pestilencia a muerte, largo pasadizo que me lleva a una sala de manjares, de carne de animales muertos y exquisitos, un farol, luz, protones, neutrones, estrellas, un neutrino.
-Sigue adelante, camina, sigue, vamos, y mira más a tu alrededor. Te sientes confundida y embriagada pero no lo estás.
- ¿Dónde estoy?
-Tu cuerpo está aquí, pero tu alma se fue, no te preocupes, es solo un viaje fantástico por la cuarta dimensión. Si ves a Menelao coméntale de parte mía que el sombrero que usaba no le quedaba bien y de Perséfone puedes reírte y decirle que los diablos nunca le hicieron caso.
-Veo una bola redonda, es azul, es verde, es… vuelo hacia él, voy a estrellarme, siento calor, mucho calor, fuego, fuego, caigo en él, me despierto, estoy en un ataúd, oh, es mi cama, no, no es mi cama, es una jaula, es…es… un laboratorio, los veo a ustedes.
-Ya, abre los ojos, sin dudas te has conectado fuertemente y telepáticamente a la mente cósmica y a nosotros, esto a mí me confirma que todo es mental.
-Es probable Eurípides, no nos olvidemos que la mente también puede actuar sobre la materia y hasta puede transformarla a gusto y piacere, en ciertas ocasiones -dije
-Yo sé que tu quieres experimentar con el cuerpo de la vampira, sin embargo, lo que nos importa, es su mente. Ya tomaste la muestra de una bacteria de ella para observarla, ahora necesitamos estudiar su mente, y además permíteme decirte, que estamos en un hermoso momento de conexión espiritual, esa que emana del señor divino Quántum, de la energía, alimento de todas las especies vivas del universo.
-No te olvides que ella bebe sangre Eurípides.
-Muy interesante su charla, yo quiero comer -Dijo Erze.
Ni bien terminó de pronunciar la palabra comer, le clavé la aguja en el hombro con todas mis fuerzas, por suerte tenía la jeringa con ketamina preparada en mi bolsillo, previendo que podía pasar cualquier exabrupto inesperado o enajenación mental por su parte. Le di una dosis muy fuerte, es casi el triple que se les da a los caballos, con esto dormirá por tres días. La trasladaron a la jaula electrificada atada a una camilla. Mientras tanto, con Eurípides nos pusimos a mirar los animales propiedad de nuestra empresa y que no les falte ni agua ni alimentos.
Eurípides me preguntó qué haríamos con ella y no supe que decirle, puesto que un fuerte pensamiento me invadía, pensaba en el caballo o mejor dicho en el animal con tres cuernos y rabo que tenía delante de mí, su cabeza se parecía a la de un toro, sus pies se parecían a los de un humano, al igual que sus ojos y cejas, no así las orejas que parecían las de una vaca y tenía las extremidades de un cerdo. A dicho animal lo bauticé Yeahyeyeai, nos hicimos amigos rápidamente, aprendió a hablar en un mes, y si bien yo le enseñé algunas palabras de nuestro alfabeto, tampoco fue muy necesario porque es telépata, debo decir que aprendí el lenguaje que usan los terrícolas hace unos años en un viaje a la Tierra, además absorbí mucha información y conocimientos de su cultura, que ahora le estoy enseñando a Yeahyeyeai, así como a otros colegas del laboratorio, por cierto, aquí el alfabeto más extendido es el angelical Quántum, es un alfabeto que cuenta la leyenda se difundió entre los organismos vivos de Quántum, el planeta donde estamos ahora, ángeles divinos enviados por el Dios Quántum, crearon el planeta y lo sembraron con vida traída desde un cometa, desde la esfera Quántum, hogar del Dios Quántum, allí vive el Dios Quántum con sus angelitos, ahora las criaturas del Dios Quántum pueblan este planeta.
Yo ahora estoy trabajando en el laboratorio del planeta Quántum, y de vez en cuando hago viajes al planeta Tierra, ahí tengo una casita y trabajo como científico, además de intentar ayudar y aportar en lo que se pueda para sobrellevar lo mejor posible la pandemia de zombis mutantes que nos azota.
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