Si te culpara por algo,
te culpara
por perder mi apuesta
cuando contabamos cuentágrados.
No, mi vida no.
Yo no te quiero así.
Sufro cuando tus manos blancas
que, de tanto en tanto,
pierden la vida
que emana de ellas,
para ser libres aun siendo pobres,
diera igual que la pobreza
se resistiera en la mente de los pobres.
Habiamos quedado
libres sin ser libres
Sin importar de las consecuencias
tú ya sabías
que,
sin pesar de lo que yo sintiera por ti,
dejaría de importarme las mantarayas de cristal,
así como los ladrones del mes de otoño.
En una salud por el sol
desde dentro de las esferas,
ubicadas por dentro de las estrellas y horizontes,
te voy a culpar por:
Por ser tan inconciente
al rozar el borde
sin haber detenido al llanto
abrazador de la candela.
Por dejarme sin pulmones,
por dejar de observar
me cada mañana.
Por dejar de ver
té en la cara de Fortuna.
Te voy a culpar por dejar de verte en la cara de fortuna,
tuya es,
porque una noche se escapó
de un aver hacia tu pensar,
desde lobulo frontal derecho,
al area del nervio ocular derecho,
hasta parietal izquierdo
por sobre el timpano del oido izquierdo.
Te voy a culpar,
por sobretodo conocimiento supérgrado,
por dejarme ensangrentado
con tu cruel mentira,
a veces,
color menta. |