A tu puerta un día.
Llegue tocando yo,
Una mujer hermosa e indiferente fue la que la puerta abrió,
Ahí estaba ella, diciéndome trabajando estoy.
Valorando su tiempo, pensé di a lo que he venido yo.
Seria e inmutable me atendió, alguna palabra conmigo cruzo.
No volví a verla hasta que mi camino cruzo.
Mi corazón se movió, borrarla de mi mente fue una preocupación.
Hasta un día en que lo que tuve fue una reclamación.
Escondido dentro de mi me encontraba cuando ella me vio, e incluso me hablaba, sin yo entender lo que pasaba.
Insistente trato de hablar conmigo, sin que contestara yo.
Ante tal reclamo no supe que decir, pues solo Después de varios cruces de caminos tonto sería aceptar como normal una cosa así.
Fijándome puntualmente me cautivo lo que vi.
Han pasado años de todo eso que viví.
Ahora me llaman a la mesa para alimentos compartir.
La misma mujer hermosa que hace años conocí.
Ahora es mi esposa y la veo mucho sonreír.
La enseñanza que esto me deja es que los caminos son así.
Unas veces te apartan y otras te unen así.