Y volteé al escuchar el silencio,
me di cuenta que nadie me acompañaba.
A un lado la sombra y al otro el viento,
atrás un pasado lleno de aprendizaje
y que a la vez pesaba demasiado
a punto de vencer mi espalda adolorida.
Uno carga tantas cosas en este viaje
sin darse cuenta que no son necesarias.
¿De dónde salieron?
¿En qué tianguis de baratijas las adquirí?
¿Para qué las acepté?
Texto agregado el 03-07-2020, y leído por 86
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Lectores Opinan
03-07-2020
Cuando el silencio es nuestro compañero,podemos recordar ese pasado,que es lo que realmente tenemos para recordar y si con él hemos aprendido ,ya podemos considerarlo una bendición.
Un abrazo cariñoso.
Victoria 6236013
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