Como sabéis, deambulo por esta página desde el año 2004. ¡Ya ha llovido!.
En todo este tiempo he leído y me han leído, hemos intercambiado sugerencias y comentarios desde la más absoluta consideración y respeto. Cuando surgía algún conflicto —sinceramente recuerdo muy pocos— éstos se resolvían entre los “divergentes”, en privado. Solo me consta la expulsión de un acosador reincidente.
La mayoría (entre los que me encuentro) intentamos con mejor o peor suerte ¿escribir?, llamémosle así; aunque lo que realmente deseamos es compartir nuestro mundo interior. No pretendemos que se nos considere escritores ni optamos a ningún nobel de literatura, nos conformamos con transmitir nuestros pensamientos, sentimientos y emociones siendo conscientes de nuestras limitaciones a la hora de plasmarlos. Con respecto a interactuar con el resto de colegas, unos nos gustan mucho, otros muy poco o nada… pero todos merecen nuestro respeto por el mero hecho de intentarlo.
Creo que no me equivoco al decir que los que escribimos en este espacio damos más importancia en nuestros textos al “alma que al cuerpo”, no buscamos obstinadamente la perfección —sabemos que no existe— ni préstamos “orejas” a quien pretende imponer reglas gramaticales de las que adolecen sus propios escritos. Un texto no es más cercano o conmovedor por el ”cómo se dice”, sino por el “qué se dice”.
Quiero hacer hincapié en el caso insólito de ese personaje (al que aludo en el párrafo anterior). No lo voy a nombrar, pero les doy una pista -tiene nombre y apellido-, el cual amparado en su impostada sabiduría y presuponiendo ignorancia en aquellos que compartimos espacio en esta página, ha acuñado —con la clara intención de agredir— una nueva palabra compuesta “biblio-agrafía”, cuyos significados individualmente son:
- Biblio, “Elemento prefijal de origen griego que entra en la formación de nombres y adjetivos con el significado de “libro“
- Agrafía, ”( Medicina), Incapacidad para expresar las ideas por escrito, causada por una lesión cerebral”.
En lo personal siempre estoy dispuesta a aprender (el saber no ocupa lugar), lo que me molesta enormemente y no estoy dispuesta a tolerar es el método que utiliza este personajillo, que pretende darse notoriedad al denostar —de manera arrogante y prepotente, por cierto— a diversas personas de esta comunidad y sus textos, cuando él mismo es el mayor exponente de la “palabra” que ha creado a su imagen y semejanza.
Observo con estupor en lo que nos estamos convirtiendo, esto comienza a parecerse más a un campo de batalla que a una página “literaria”: algunos intentan erigirse en castradores de sueños, amputando sin miramientos las alas de aquellos que tímidamente intentan iniciarse en el difícil arte de escribir, sin tener en cuenta sus sentimientos, aspiraciones e ilusiones; es por ello que se frustran y optan por abandonar. Cada vez somos menos.
Haciendo honor a la verdad, he de reconocer que entre nosotros se encuentran unos pocos que sobresalen por su exquisita sensibilidad y su maestría al convertir en obras de arte sus textos, lo mismo en verso que en prosa; porque saben llegarnos, porque ellos sí son auténticos escritores (no voy a nombrarlos, saben bien quiénes son). Sorprendentemente, ellos son extremadamente considerados, amables y discretos con el resto.
Es por ello, y para concluir, que apelo a la coherencia, sensatez y consideración de los que, sí, tienen argumentos y conocimientos para que por su DISCRETA intercesión mejoremos nuestros escritos desde sino el afecto, al menos el respeto que todos y cada uno de nosotros merece.
|