El 11 de Mayo, Día de la Madre, en lo mejor de la primavera, había estado nublado y hasta llovió un poco. Ahora, segundo domingo de Junio, era un Día del Padre perfecto de modo que mis dos hermanos y yo nos juntamos con mis padres y nuestros hijos en casa de mi hermano mayor a celebrar nuestro día.
Era a eso de la 4:00 PM y esperábamos a mi primo Beto quien vendría a celebrar con su familia.
Beto era un joven marido parrandero, borrachín y …bueno…también algo mujeriego. Lo esperábamos y …nada. Era domingo y los sábados eran sus favoritos para irse de farra.
Al cabo de un rato se apareció su bella esposa y dirigiéndose a todos nos dijo:
-¿Ya ven que día tan bonito el que están teniendo los cochinos padres?
Padres y hermanos nos miramos unos a otros, sonreímos y luego rompimos en carcajadas. ¿Qué remedio?
Como a las 6:30 PM se apareció mi primo, ojos rojizos y sonriendo nos dijo ¡Hola padres, feliz día!
Continuamos con la cena.