Sí po, te la cuento al toque.

Me dijo detente y le escupí en la cara. Me reí después de eso mientras el imbécil se sacaba la saliva del puente entre las cejas y su cara se transformaba en un monstruo peor que el que viste con esas ropas. Sacó un par de venas en las sienes, unas exhalaciones con dilatación de fosas nasales y un levantamiento de la parte superior derecha del labio a medio centímetro de aquellas mismas fosas. Levantó el puño en dirección a mi risa y yo ya lo sabía. 3 segundos antes. Suficiente tiempo para sentirme más inteligente y feliz que aquel estúpido policía de cuidad y autoproclamado neonazi. Algunos dirían que la yuta no es nazi, pero tengo fundamentos para decir y creer lo contrario. Los pacos son neonazis. No son blancos, pero se sienten superiores. Y por el solo hecho de no ser blancos, cosa que es nueva para algunos de ellos, pueden acceder (recuerden, no son blancos) a ser superiores y sentirse bien, y por ello poder tratar mal, torturar, menospreciar (tanto moral como socialmente), discriminar, violar e inclusive matar a otros y todas inclusivas también en conjunto sin ser vistos como un agente de maldad. Si estás de acuerdo conmigo en ese argumento, que es uno de los que a mí me convenció de esto, te presento al neonazi de hoy: vestido de verde, con gafas de aviador pasado de moda, con una faceta fascista y abusando de su poder como curadores de la ley y el orden como si fuera un maldito museo. Ahora, imagina si la ley y el orden fuesen arte. Nada bueno se te viene a la cabeza, verdad? pero te puedo decir algo? Ellos inventaron ese museo en sus cabezas y lo protegen como si fuese una buena basura partidista. Partido Neonazi, 2020. Chile. Lo estás viendo en tu televisión 24/7. Sobre todo en canales como el 13. Bueno en lo que iba, me fui por las ramas, debe ser la marihuana, perdón por darte jugo, amigue. Esquivé su golpe, me agaché con los brazos abiertos a la altura de sus muslos, le abracé las dos piernas y lo tackleé. Su cuerpo se levantó y mi memoria se remontaba a las clases de física del colegio. Mírame, soy flaco. El paco era fácil 3 veces yo. Pero de mi parte, nada de dudas.

Una fuerza salió de mi cuerpo con esa rabia inmensa. Mis manos son las manos de un hombre que trabaja, así que confié en ellas. Son mis manos. Había fuerza en ellas, de verdad. Quedé en shock un par de segundos porque no estaba seguro de lo que había hecho, y de pronto corrí, y estaba todavía muerto de la risa. De verdad fue algo que me cuestiono todavía. Fue lo más cercano a cumplir un sueño. Tacklear a un bastardo. Reír y salir corriendo.

No, calma, estoy equivocado. Esto es cumplir un sueño. Contarte esta historia y no estar preso. Recordar esto. Esa es mi historia, nos vemos.