Cómo de anchas las praderas Cómo se me estrecha la vida El sendero se acaba en el último recodo de mi anhelo y reaparece sincopado en el cruce de una ingenua mirada Cómo de crecidas las promesas Cómo se me achica la cosecha Arrastro alforjas sedientas y una terca levedad me retraza con preñeces de fatiga Cómo de esparcido el lamento Cómo se me ahoga la espiga No puedo evitar que me hieran en este tumulto feroz de carcajadas Cómo de grande el ansia del mundo Cómo se me enjuta la figura Un anciano a la deriva en su círculo anunciador del excremento Cómo de futura la mirada del niño Cómo de frágil su empeño Cómo de sonora mi rabia.
Texto agregado el 02-10-2004, y leído por 157 visitantes. (3 votos)