Inicio / Cuenteros Locales / maparo55 / Una bicicleta rosa
El hombre caminaba distraído cuando la vio pasar. Fue como una aparición, que lo hizo reaccionar y ponerse alerta. Ella iba montada en su bicicleta color rosa, portando un casco rosa y claro, una blusa rosa de manga corta que dejaba ver sus brazos delgados, finos. Un short muy corto, negro, calcetas blancas y los tenis, para no variar, rosas. Todo esto lo captó en el primer vistazo, pero lo realmente importante no dejó de admirarlo en los pocos segundos que ella tardó en atravesar frente a él: sus piernas.
Hacía mucho tiempo que una sensación de sorpresa, interés y admiración por alguien o por algo, no se le presentaba; así que observar el paso de aquella joven de tal vez diecisiete o dieciocho años pedaleando rítmicamente, serena, quitada de cualquier pena, lo cautivó. Fue instantáneo el sentimiento, sobre todo al mirar sus piernas bien torneadas, piel de leche, ligeramente enrojecidas por el sol y el esfuerzo. Unas piernas perfectas.
Nunca había sido un fetichista; pero esta vez se quedó embobado y deseó con todas sus ganas correr tras la chica de la bici, con el afán imperioso de seguir admirando aquellas piernas y quizás poder tocarlas, hacerles una caricia, darles un beso; comprobar que eran tan suavecitas como parecían, que su piel de nácar se pusiera “chinita” y sus vellitos rubios se erizaran al rozarla. ¿Cómo contener las ansias que lo embargaban? Ella se alejaba cada vez más, en unos instantes desaparecería para siempre sin dejar constancia alguna de su paso. ¿Y él? ¿Cómo se quedaba él? Frustrado, ansioso, con un dejo de angustia muy adentro.
Se paró exactamente en el lugar por el que pasó la muchacha, como si haciéndolo pudiera percibir a lo mejor, el aroma de su perfume o algo de su presencia que hubiera permanecido en el sitio. La siguió con la mirada hasta perderla de vista. No quedaba ya nada de ella, solo su ausencia y el recuerdo aún presente de su paso. Supo que nunca la volvería a ver ni podría contemplar otra vez sus deseables piernas. ¿Se puede enamorar una persona a primera vista de las piernas de otra?, ¿más si es una joven linda con short negro muy corto y blusa rosa? La vida no es justa para nada. Decepcionado, regresó a su caminar distraído, con la pena profunda de haber perdido aquellas excepcionales piernas, para siempre.
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Texto agregado el 17-06-2020, y leído por 175
visitantes. (11 votos)
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Lectores Opinan |
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20-07-2020 |
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Oh! NO sabía eso! rhcastro |
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25-06-2020 |
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Piernas que se escapan al ritmo de un pedaleo. Es cierto, uno puede subyugarse con detalles que al poco rato caen por la evidencia de algo que desentona: una voz rasposa, palabras soeces, miradas de indiferencia. Y de esa atracción, después no queda ni el recuerdo y sólo ese fuego a medio atizar en el corazón de la persona, tan diferente a una relación entre dos seres que se conocen e intentan mantener una relación. Un abrazo. guidos |
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22-06-2020 |
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Entre un hombre y una mujer existe una fuerte atraccion fisica, lo demas viene despues. El amor es otra cosa. jaeltete |
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17-06-2020 |
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Creo que a veces nos puede impactar unos ojos, una boca y unas piernas en tu caso, claro, porqué no. Podemos admirar y quedarnos como vos desde ya. MujerDiosa |
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17-06-2020 |
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Los atractivos de una mujer, son varios por suerte, cosa de enamorarnos del más sobresaliente primero; de las piernas en tu caso...Y no te preocupes si andan en bicicleta, caminan también. Has descrito muy bien ese amor a primera vista de esta parte llamativa de las féminas... ...Saludos hgiordan |
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17-06-2020 |
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—Claramente me doy cuenta que dejó constancia de su paso, pues si así no hubiera yo no estaría leyendo este relato. Y respondiendo a tu pregunta diría que sí se puede y creo que tú piensas lo mismo. —Un abrazo vicenterreramarquez |
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17-06-2020 |
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Exelente telato, pero las piernas son parte nomás. yosoyasi |
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17-06-2020 |
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Muy buen relato. Te creo a rajatablas y te acompaño en el sentimiento. No hagas caso de las habladurías, esas piernas eran tuyas. Un abrazo, Carlos. carlitoscap |
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17-06-2020 |
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Soñar despierto, es una ventaja del escritor. Aquí quedó demostrado. Sea como sea, gusté leerte, amigazo. Shalom Abunayelma |
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17-06-2020 |
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No se pierde aquello que nunca fue de uno... ja. Un abrazo y espero te estés cuidando sheisan |
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17-06-2020 |
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Perder unas piernas ajenas y si para colmo son perfectas puede ser dramático, pero perder las propias es una tragedia. Piernas para ser admiradas hay muchas, otra cosa es lo de ser tocadas. ELISATAB |
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