LA NOCHE DEL VAMPIRO
Un día y ya siendo vampiro hecho y derecho
Camino sin rumbo enojado bordeando un estero,
De grises, plateados y verdes se alzó su paisaje,
De noche dio paso a los diablos que visten de negro.
De pie con mi capa de seda y colmillos salvajes,
Formé una figura de muerto en mi sombra del suelo,
Con tonos de nicho olvidado alumbra mí traje,
Se asoma entre barbas y mugre un rojizo brebaje.
Murciélagos chillan y aplauden mi oscura presencia
Los sapos invocan demonios ya no hay quien los salve,
Las aguas se van desplegando color chocolate,
Aúllan los lobos del bosque y los perros del parque.
Me muevo con toda imprudencia de ego reboso
Sediento en busca de sangre de algún cuerpo gordo,
Me encuentro con vacas hediondas creyéndome un toro,
Me agarro del cuerno de una mordiéndole el lomo.
Comido y la panza rellena prosigo mí viaje,
Hocico cochino chorreando chunchul, pelo y carne,
Descanso fumándome un porro cuan postre esperado,
Estrellas y lunas, galaxias y soles callados.
Los grillos comentan risueños de la vaca muerta,
Lo cuentan con tintes heroicos de hazaña o proeza
Me endiosan ilusos me admiran de pies a cabeza,
Moviendo excitados sus cuerpos con las patas tiesas.
Un pájaro canta en un árbol su canto grotesco,
Me avisa que un sol se aproxima subiendo los cerros,
Arañas y bichos peludos se van a sus cuevas,
Vampiros y brujos del monte hacia sus madrigueras.
Dormimos de día y babeamos los entes sin alma,
Cruzamos portales sagrados con dioses eternos
Hacemos apuestas perversas de gente sin tiempo
Vestimos de ojeras grisáceas y rostros violentos.
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