Quisiera recordar el veloz parpadeo que deja el alma al partir,
es en Estigia el viento fulgurante que viene hoy avasallante,
con suspiros que robas de las nubes,
en ti hay un río desbordante de lágrimas saladas y sin compasión te alzas petrificada.
Vienes de la noche, y conoces su tormento y su dolor.
Esa angustia te corroe, y te hace latir,
como un huracán que arrasa palmeras así eres feliz.
Te arrastras por la corriente, rastrillos te hacen surgir, con deseos valientes.
Tengo un oscuro sentir cuando pienso en tu perturbada soledad,
en tu pensamiento,
fantasías dispersas intento atrapar.
Oscuros remolinos del tiempo,
veo en su interior las sombras de mi pasado que se hacen a un lado y me dejan vislumbrar
todo con mayor claridad.
Contigo rescato el deseo que nunca perdi en noches locas,
le doy sentido a un mar de ideas disueltas en agua,
celebro la espuma de tu fábula plateada.
Bajo el sol combato la llama de las huellas que dejan tus pisadas,
¿qué le pasa a la diestra si la zurda ni se entera?
se pasea como diva y engulle su noche de faena pueril,
mientras escuchas la cantata de Beliath,
atesoras los días y la reliquia de la vida en un mundo despintado de noche plateada.
Yo soy la que camina entre la fe ciega de los hombres,mandato divino de una noche sin fin
con conjuros a madre tierra me he visto
sumergida en lámparas de cristal
y con un atuendo mortuorio he caminado sin ser vista comarca de la juventud eterna de los herejes malditos y caminante de huellas imborrables
noche de luna perdida en la armonia de tu voz
con un crisol de locura te soplo el viento de la montaña alta pájaros muertos sobre el alféizar. |