Sanan tus heridas de amor,
siempre vuelvo a amarte,
a desterrar las sombras y cabalgar sobre ti,
disfrutando el momento se hace eterno,
mis pies descalzos pisan espejos de agua,
calles mojadas por las lluvias que haces,
baldeados por un intenso y frío viento,
tu cosecha prospera,
la luna me mira y sonríe,
recojo mi sombrero navegante,
por un arroyo que va,
doy media vuelta y estiro mis brazos.
Soy la Sylphide y bailo feliz,
en esta tempestad,
envuelta en arena y barro,
me transformo,
escucho los rumores del agua suave,
mis piernas cansadas, y mi cabello desprolijo,
mi espalda siente el banco de piedra.
El sol es de color rojo y entibiece mi piel,
las nubes grises y el cielo naranja,
extrañas y amenazantes, vuelan, vienen y van,
los edificios se contornean altivos,
¡paisaje de maravillosos colores!
saboreo una frutilla con chocolate en mi boca
y te guiño un ojo.
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