POEMA 2

Y perdimos aquello
que fue nuestro extravío,
por declararnos necios,
absurdos, indolentes;
por ese orgullo tuyo,
por esta altivez mía.

Y nos llevó el camino
por rumbos diferentes
con el alma en pedazos,
y el corazón desecho;
con la imagen del otro
aun gimiendo en los ojos;
y el aroma de noches
vividas febrilmente.

Yo sé que aún me esperas
cuando llega la tarde,
y tú sabes que aún lloro
cuando llega la noche.
Y aún así derroteros
distintos elegimos
presumiendo cobardes
que una diáspora triste
señaló nuestro sino.

Yo sé que alguna tarde
junto al frío inclemente
me traerá la lluvia,
el puñal del recuerdo,
y junto a mi ventana
doblegaré mi frente
y aceptaré que fuiste
trigal, canto y herida.

Y tú, al cruzar una calle
y mirar otros ojos
que recuerden los míos,
aceptarás que fui
el sol en tu tormenta,
y seré en tu memoria
tal vez ya malherida,
el dolor que se ahonda,
el amor sin olvido.

Avefenixazul febrero 2019