Yo ahora mismo estoy aquí, en este mismo instante por una razón, todo lo que he hecho, aciertos y errores, victorias y derrotas, todo absolutamente todo, se lo debo a alguien que siempre lo ha dejado todo por mi, una persona que enterró su ego por el bien de los demás.

Y no lo entendí, pero aprendí.

Durante mi vida he tenido la libertad de hacer o no hacer pero siempre con un apoyo constante desde el amor más absoluto, obviando mi sombra más oscura mientras me cogía de la mano para que buscara la luz.

Y lo comencé a entender y aprendí.

Esa persona cuando yo peor estaba...
Recuerdo caminar junto a ella llorando, en uno de esos pozos en los que la vida te hunde por tu falta de fuerza e inmadurez y me convenció, me empujó hacía delante cuando mi ser autodestructivo solo quería ir hacía atrás y desaparecer, si hoy en día soy y sigo siendo es gracias a ella.

Y lo entendí y aprendí.

Hoy es el día en el que nació la persona que lloró, sufrió y se desmoronó por mí tantas veces que si aún tengo partes de mi enteras es solo y únicamente por ella.
Por la persona que me dio la vida y me mantuvo con vida, esto que te escribo es absolutamente para ti, para nadie más, porque te lo mereces y aún siendo un analfabeto emocional siempre me has querido.

Porque gracias a ti he aprendido lo que es el amor eterno y a ser fuerte ante las embestidas de la vida que te intentan erosionar día tras día, sin bajar la cabeza siempre hacia delante y jamás fallar a los que amas.

Feliz cumpleaños mama, gracias por darme la posibilidad de respirar, de ver, de oír, de tocar lo que llamamos mundo y sobre todo por quererme siempre, sin ti no estaría aquí, sin ti nada sería lo mismo.

Te quiero con mi corazón de mil pedazos porque todos son tuyos.

De un hijo que casi nunca estuvo a la altura para la madre más maravillosa del mundo Paquita Martinez Peña.