-No tengo tiempo- me dije cuando caminaba bajo la lluvia sinuosa
-no tengo tiempo- me repetí y paré el andar mezquino,
Que se me venía acercando a hurtadillas entre los copones
De agua motejada que resbalaba por mi cara,
Perdida en el cuento que me había dejado tu falda.
Había tiempo para ti y tus besos que danzaban con chasquidos calientes
Sobre mi boca deseosa,
Entonces si había tiempo para aquello
¿por qué dejé que tu piel no se me acercara?
Mentí, y fue una mentira tórrida, torcida y dulce,
Que la lluvia estaba limpiando sin darme oportunidad,
De crear otra mentira para volver al cariño de tu piel.
Tiempo para ¿qué? Dije no tener tiempo
Y te fuiste hasta la esquina y me abandonaste
Porque yo te abandoné antes en medio del amor.
Tuve miedo que la lluvia, penetrara sigilosa
Hasta donde el amor se resquebraja.
Y fui hasta la noche de piel y de besos con olor a un te quiero,
Pero evoqué el decirte que no tenía tiempo.
La lluvia sigue alcanzando mis charcos de recuerdos
Pero si recién estuve contigo y no sé
Sobre qué era el tema del tiempo.