Noches placidas que cobijan mis sueños.

Ese mundo de tranquilidad donde todo está en su lugar.

¡De repente sin aviso previo!

Algo me trae a la realidad.

Mi corazón late agitado mientras mi inconsciente se despabila.

Lentamente la conciencia me despierta sacudiéndome sin contemplaciones.

Asumir los pensamientos que se pelean en mi mente adormecida.

Son los miedos, las angustias agolpadas requieren toda mi atención.

Una dos tres veces por noche te despabilas con el temor.

Ese temor que se esconde en algún cajón.

No lo se tal vez solo aguarda debajo de mi colchón.

Agazapado espera a que el sueño sea profundo para irrumpir sin diplomacia.

Conquistador desequilibras con tus inseguridades.

“Invades las madrugadas”

Se arrugan las sabanas, las almohadas se entremezclan azoradas.

Las respuestas se esfuman a tantas preguntas.

Tengo mucho amor pero no puedo salvar a nadie.

Los limites son tangibles para resolver este mal que aqueja a la humanidad.

Mi fe me ha acompañado a lo largo de los años.

Hoy más que nunca me entrego a los designios de Dios.

El sabrá darnos la gracia que cada uno de nosotros merecemos.

No tengo derecho a pedir sino agradecer.

Agradezco ver salir el sol un día más.

Agradezco el cariño que siento por tantos seres que viven en mi corazón.

La incertidumbre hostiga sin clemencia .

Lo único seguro es que el futuro es una incógnita.

El tiempo nos mostrará el camino.

El tiempo tiene las respuestas.

El tiempo entre acertijos, entre idas y venidas.

El tiempo nos mostrará la solución.

CAL.COR