“¡Hola, papá! Hoy no podré ir. Por cualquier emergencia te mando un listado de voluntarios que se ofrecen para ayudar a personas mayores durante esta cuarentena.
No te olvides de ponerte el barbijo si llamás a alguien, así estarán protegidos los dos.
Cuidate. Nos vemos mañana.”

—¡Caramba! —Se acordó que necesitaba unos medicamentos.
Entonces eligió uno al azar y llamó indicándole su dirección.

Cuando escuchó el timbre se puso el barbijo y abrió.
Le extrañó ver que el voluntario, además del barbijo, llevaba una capucha.

—¡Te dije con barbijo, no mordaza! —lo reprendió su hijo al encontrarlo al día siguiente.


Presentado en el último reto de las cien palabras. (modifiqué un poco el final)