El constante acercamiento, la similitud que nuestras mentes puede realizar entre algo bueno e inocente hasta trangiversarlo en algo malo y hiriente...
Demasiadas veces intento hablar con mi hijo mayor, mayor es un adjetivo que le va grande, pero la realidad es esa, las palabras, lo que decimos puede hacer mucho más daño que cualquier arma que exista en el mundo, tenemos el derecho a expresarnos con libertad, dar forma a nuestras ideas y convertirlas en vocablos que transmitan nuestros pensamiento, la simbiosis perfecta entre emisor y receptor, el mensaje y lo que se recibe, fácil, pero no, para nada.
El filtro y la piel fina o gruesa hacen que la ecuación deje demasiadas incógnitas por resolver, donde se ven claramente dos conceptos al instante, la dicción y la compresión puede destruir completamente, convirtiendo una flor en un nagasaki sin retorno.
Son tiempos difíciles. Sobrevivimos, llevamos una presión de la cual nadie nos había preparado pero es momento de reflexionar, abrazarte al que tienes justo a tu lado y comprender, siempre.
Desde pequeño, cuando iba en coche con mi padre me fascinaban las luces que alumbraban cada balcón cada ventana que veía durante el camino que recorriamos, siempre he tenido una inquietud estraña dentro de mi, imaginándome que todos esos puntos distantes que íbamos dejando atrás eran vidas a las cuales nuestra propia existencia les eran ajenas por completo, era demasiado pequeño pero esa sensación siempre me acompaña.
Descubrí demasiado joven lo que era la muerte, fuy testigo del último suspiro, justo delante de mi de mi primer padre y eso seguramente tenga algo que ver con mi interpretación del mundo que veo desde mis ojos.
No puedo interferir en el receptor de mis palabras, no es mi historia sino la suya, eso lo tengo claro, pero muchas veces, últimamente me crea impotencia, dolor.
Pero no soy muy de rendirme, con cambio o no, siempre debemos aprender, dejar claro que nuestra puta vida es una película en la que el director y actor principal somos nosotros y el resto de gente meros secundarios, unos con un guión lo suficientemente bueno como para un spin off y otras que son simple atrezzo.
Tu decides.
Fin del pensamiento de una persona con miedo oculto. |