Hoy me he despertado entre mis dos hijos, después de pasar una semana rara, donde mi situación de corre en el hospital se ha acercado casi a su normalidad cuatro días de trabajo, tres unidades diferentes, hoy he dormido y despertado mejor que hace tres años, que hace una eternidad que siento cercana, al igual que el ocho de mayo es el día que no cojo llamadas de teléfono, el nueve es el día de mi vida que he tenido que elegir ataúd más veces, es el día del alcolchamiento cerebral, el de elegir ceremonia religiosa o no, el poema o versículo de la novela más vendida de la historia de la humanidad, todo muy burocrático, todo muy poco humano, la primera vez me acompañó mi padre, la segunda un amigo de mi padre que le tengo especial estima, no voy a mentir aún con el paso de los años me cuesta pasar por la puerta de la funeraria, es una mierda porque esta muy cerca de casa de mi madre, la realidad deja de ser real y los pensamientos de esos días quedan difusos, no eres más que un zombie con lágrimas en los ojos y el alma rota por el abandono, pero recuerdo la última canción, la que estuve escuchando casi toda esa noche y la que sigo escuchando casi todos los días. Donde los aviones de viento smith, un trozo de mi corazón se fue para siempre, con el paso del tiempo vamos perdiendo partes intangibles de nuestro ser hasta que dejamos de ser lo que alguna vez fuimos.
Ayer fuy a trabajar, ya se sabe lo que se dice para quedar bien, para no pensar demasiado, pero tengo la enfermedad de la voz que no para en mi cabeza, y como toda enfermedad crónica unas veces se lleva mejor y otras peor.
Me alegré de estar en el servicio donde empecé, donde aprendí a caminar entre los pacientes, me alegré de hablar con dos personas que me han ayudado mucho en este camino de pasillos laberínticos y días de carga emocional pesada, es lo que tiene un hospital.
Te echo mucho de menos padre, solo decirte que en tu lápida dejé escrito a la vista de todos los que te vayan a ver, las letras más imperfectas y a la vez perfectas que he escrito en mi vida, que en la imagen de tu lápida miras al observador con aquella sonrisa tuya que me daba paz y que este año no se si podré sentarme durante ese tiempo en el que hablo solo delante de tus restos y te explico todo lo que me ha ido pasando, ni renovar las fotos que dejo escondidas de tus nietos bajo los jarrones de flores que custodian tu sepulcro, sabes que no creo en esas cosas que la familia cree y sabes que yo se que tú tampoco aunque fuera en secreto, lo único que se que cuando suena viento smith noto como la tarareas junto a mi.
Te quise, me quisiste... siempre a nuestra manera.
Gracias por poner ese grano de arena que me hizo tal y como soy, la partícula de ti en mi que te hace inmortal.
Cuando acabe esto tengo tantas cosas que contarte, aunque ahora te contaré un secreto que imagino que ya sabrás, cada vez que alguien se despide, después de exhalar por última vez, te mando recuerdos, les digo que estén tranquilos, que allí tienen un gran anfitrión que les ayudará en todo lo que necesiten.
Mientras tanto los días pasan y mientras mis pulmones funcionen seguiré cantando a duo esa canción que es nuestra y tu jamás escuchaste.
Fin del pensamiento de una persona con miedo oculto. |