Creí que un paro cardiaco, un accidente aparatoso o un virus letal, acabarían con mi vida; no una aplicación… bueno, al menos, no por culpa de una aplicación de chat.

Yo no le oculto nada a mi esposa… no tengo qué. Ella toma mi celular cuando quiere y pues nunca le sorprende de nada; mis amistades ahora son sus amistades, mi familia es su familia y hasta los memes pasan por su filtro. No había razón de una posible rabieta provocada por aquel aparato tan inofensivo, al menos no, hasta este momento…
Ella es la mujer que elegí, la que amo. La mujer, que ahora mismo, tiene el cuchillo más grande sobre mi cuello, haciendo gran presión, impidiendo cualquier movimiento. Con una mirada que hasta ahora desconocía. Repitiendo furiosa: ¨¿Quién es Nadir? ¿Por qué te chatea?¨ Apretando los dientes y con sus pupilas enfocadas en mis pupilas, como buscando una respuesta convincente.

Nadir es el nombre de una vieja compañerita de escuela. Una de esas compañeritas de infancia de las que uno deja de saber… Resultó estar viva y con ganas de joder.
Nunca le hablé de ella - la niñita del nombre particular… ¿pues quién más tiene ese nombre? ¿Cómo contarle ahora, con el cuchillo en mi cuello…?
Tiene que tratarse de ella… ¿Qué busca? ¿cómo me encontró?
El cuchillo parece hundirse… Ella parece no medir su fuerza… ¿Qué es lo que leyó…?

Mi primer beso, fue con Nadir. Ella fue la que me besó… me llevó con engaños a un rincón, aislado (dentro de la escuela) que ya había planeado con cuidado; alejándome de la niña que realmente me gustaba. Me tentó como una verdadera víbora. Me convenció de todo. Juró nunca decírselo a nadie, mucho menos a la niña que ponía mi mundo de cabeza, en aquel entonces… Le creí y no cumplió.
Había destruido mi vida y la niña que , por aquellos tiempos, lo era todo para mí, había dejado de hablarme… para siempre.
Me dañó bastante. Sin embargo fue mi primer beso y así es, como esa agria experiencia se instaló entre las memorias más dulces de mi existencia. No podía remediarlo. Pues era mi primer beso.
Lo cierto es que, ahora mismo, tengo el cuchillo más grande de la cocina, en mi cuello, cortándome en dos.
Acaba de arruinar mi presente, como aquella vez… y como aquella vez no puedo explicar nada, no puedo tan siquiera patalear…
Ella parece apretar más… Quizá en el fondo, no quiere saber quién es…
Se lo contaría si pudiera, pero posiblemente, de igual manera me cortaría la tráquea.
¿Qué le dijo…?

¿…y por qué carajos no hago nada?
¡Después de todo, siempre les seguí el puto juego!
Ella con esos brazos tan frágiles, no puede hacer el trabajo de forma efectiva.
Mejor ayudo a lograr su puto cometido, poniendo mis manos sobre sus manos y empujo más y mejor… y hago que todo esto sea más visual, tronando mis dientes, frunciendo el ceño y mejor aún, le añado el olor a sangre… que es lo que quiere. ¿verdad? Después de todo, es mi puto cuello.

Acto seguido, ella se aparta con espasmo… Llora descontrolada. Me pregunta que por qué lo hago y eso… Ve mi cuello sangrar y se espanta, se arrincona y ya no pregunta sobre aquel chat, ya no insiste. Nunca más lo hará.

Tomo el celular y a Nadir, la dejo en visto.

Ahora quizá sea un paro cardiaco, un accidente aparatoso o un virus letal…

Will