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Inicio / Cuenteros Locales / carlosivankelso / Carla-Lucia-XX-03-YY, la clón salvaje de la asesina

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Eran las cuatro de la mañana y Astrid Breitner, la directora de la Unidad Penal Charlotte Corday, dormía plácidamente. En su sueño recordaba una reunión con el Führer, el mismo día que Alemania invadía Austria, el famoso “Anchluss”. Pero la despertaron bruscamente de aquel hermoso sueño, donde comía salchichas con chucrut y tomaba cerveza.
- Fraulein Breitner! Ein weiterer verrückter und entfesselter Klon von Carla Romanini ist entkommen! (se ha escapado otra clon loca y desatada de Carla Romanini!) – le dijo la Oficial Rummenigge, la más fiel de las servidoras de Astrid.
- Oh, no! Si la auténtica es una asesina cruel y despiadada, esta puede ser mucho peor, cual de las clones es?
- La identificada como Carla-Lucia-XX-03-YY.
- ¡La más peligrosa de todas! Lotocki, antes de ser asesinado, le puso un chip para asesinar Quesones, hay que decretar el estado de alarma,
- Menos mal que las Quesonas asesinaron a Lotocki, siempre desobedecía sus ordenes, Fraulein.
- Sí, era muy desobediente, el mejor clonador que tuvimos, superior aún a mi amigo Joseph Mengele, pero desobedeció todas las ordenes, y ahora provocó este desastre.
Todo este dialogo entre Breitner y Rummenigge fue en alemán, pero lo publicamos directamente traducido para evitar confusiones en el lector, vale la aclaración.




Lo cierto es que esta clon de Carla Romanini, fue a hacer dedo a una ruta cerca de la Charlotte Corday, en la Provincia de Corrientes, y se subió en un micro de línea. En el bus viajaban tres peones de campo, una gorda y una maestra, además del conductor. Carla – la llamaremos así aunque no fuese la verdadera – se subió y sacó un rifle.
- ¡Bajense la gorda y la maestra! – grito – la cosa es con los hombres.
Los pasajeros quedaron todos aterrorizados, la gorda y la maestra se bajaron, quedando varadas en medio del campo. Los tres peones de campo y el conductor quedaron en el bus. Carla los ató a los asientos, y los obligó a participar en una suerte de fiesta sexual improvisada. Carla los obligó a que les chupara, olera, lamiera y besara los pies, todo con gran intensidad, luego fue cogiendo uno por uno, todos estaban muy contentos, Carla los llenó de gozo y placer.
- ¡Gracias por haber disfrutado! – dijo Carla – los llene de gozo y satisfacción, ahora morirán!
Carla sacó una espada y fue asesinando al conductor y a los tres peones de campo, tiró los cadáveres en el campo, luego de tirarles un Queso, como corresponde, y se fue conduciendo el micro. Lotocki en su afán perfeccionista había dotado a estos clones de chips que les permitían ser conductoras de auto, buses, piloto de avión y hasta capitanes de barco.




Las oficiales de la Corday salieron en la búsqueda de Carla, y encontraron a la maestra y a la gorda, aterrorizadas, las dejaron en una comisaria y luego los cadáveres de los quesoneados, se los llevaron y dentro del panorama, agradecieron que Carla no las decapitara, servirían para las investigaciones que hacían.
Mientras tanto, Carla fue viajando con el bus desde Corrientes a Buenos Aires, en el camino paró en dos estaciones de servicio, y fue dejando un tendal de cadáveres. En una, ubicada en Concordia, asesinó a dos clientes que estaban comiendo, a dos empleados y a un camionero que pasaba ocasionalmente, a las mujeres que estaban cerca las encerró en el baño. En la otra, ubicada en Zárate, pasó lo mismo, tras encerrar a las mujeres, asesinó a seis hombres: dos empleados, dos camioneros y dos rugbiers que estaban por ahí. En el medio de ambas, paró en un puesto de Quesos, y asesinó al Quesero, además de robar toda la mercadería.
No seremos redudantes contando los crímenes, para no ser repetitivos, sí aclaramos que Carla, en todos los casos, les dio sexo y placer, con fetichismo de los pies, y luego los asesinó en forma salvaje, usando machetes, cuchillos largos y espadas, luego les tiró los Quesos.
Se nota que Lotocki la dotó de una fuerza extraordinaria, sobre todo para llevar los Quesos, y tirarlos, a muchas de estas víctimas, las redujo tirándoles los Quesos.
Carla, mientras viajaba a Buenos Aires, en su haber tenía dieciséis hombres asesinados, algunos seres repugnantes como los dos rugbiers de Zárate, pero el resto eran laburantes, como los camioneros, los peones, el chofer, los empleados de la estación de servicio y el Quesero. Esto provocó las alarmas, en especial por los camioneros, la CGT amenazó con un paro general si en un plazo de veinticuatro horas la policía no arrestaba a la asesina. Se difundieron identikitis, proveídos por las mujeres que habían sido aisladas en cada uno de los lugares, y el propio Hugo Moyano, alarmado por la situación, se reunió con las autoridades policiales, manteniendo una entrevista con .




Mientras tanto, Carla paró en un barrio humilde del conurbano bonaerense, había un grupo de seis chabones, Kevin, Braian, Jonatan, Richard, Joel y Mati, que estaban comentado cosas, eran todos malvivientes, y vivían del choreo y de los caños.
- Dicen que hay una rubia que esta matando chabones por ahí, viajando en un camión, ja, ja.
- Yo me la cojo a la rubia esa, que venga aca.
- Aca estoy chicos – dijo Carla, que se puso en medio de los chabones.
Otra orgía sexual a toda orquesta, con fetichismo de alto vuelo y otros seis asesinatos, Carla los asesinó a todos, esta vez los hizo pedacitos a machetazos, y los restos se mezclaban con los Quesos. Era evidente que este clón estaba desatado a full. Ya había asesinado a veintiún hombres en apenas unas horas, Lotocki sin embargo, le había puesto un chip, a través del cual, una vez asesinados veinte hombres, se volvía una asesina más reflexiva.
- Asesinaré a un Quesón, ya no perderé tiempo con estas víctimas de poca monta, y ¿Porqué no a dos Quesones? ¡Ja, ja, ja! Mejor me escondo, y planeo un crimen más detallado, la policía y la CGT me están buscando, y ahora que mate a estos chorros, seguro que mi fama ya se extendió por los malvivientes.




Por instinto Carla se acercó al departamento de la verdadera Carla Romanini en Puerto Madero, mientras la auténtica estaba de vacaciones en las sabanas africanas, no tuvo problemas en entrar y apoderarse del departamento. Cuatro clones de Pablo Giménez (Pablo Sinema), el productor de Guido Kaczka, una de las víctimas de Carla Romanini, la recibieron.
Esa noche, el equipo brasilero de básquet, Franca, disputó un partido en Buenos Aires. Carlos Leonel Schattmann, uno de los jugadores, se asombró cuando al encontrarse en un estacionamiento, los cuatro Pablos lo rodearon, y le empezaron a hacer cosquillas. Schattmann, era un asesino de mujeres, y se sorprendió al ver a cuatro hombres alrededor, no pudo reaccionar y los cuatro le pusieron un soporífero y tras atarlo, se lo llevaron en un camioneta.
Mientras Carla-Lucia-XX-03-YY era oficialmente prófuga de la justicia, esa misma noche, el basquetbolista Carlos Matías Sandes recibió un mensaje.
Pese a ser un asesino de mujeres cruel y sanguinario, con un historial de asesinatos y crímenes de alto salvajismo, Carlos Matías se sobresaltó al ver ese mensaje, el mensaje era un video, y Carlos Matías se asustó al ver a Carla Romanini en el video.
- Soy Carla-Lucia-XX-03-YY, ya se que asesinastes a Carla-Lucia-XX-02-YY, pero yo en venganza, asesinaré a tu amigo Carlos Leonel Schattmann, salvo que vengas, ja, ja, te espero, Carlos Matías.



En el video, Schattmann estaba atado, sin poder moverse, mientras Carla le pasaba el machete sobre el cuello, amagando con querer degollarlo o decapitarlo.
- ¡Maldita sea! – exclamó Carlos Matías - ¡Otro clón loco de esa asesina! ¡Qué desastre ha hecho Lotocki! ¡Menos mal que ya lo asesinaron! ¡Esta es más peligrosa que la verdadera! ¡Y que la anterior clon, que solo asesinó a los clones de Pablo, que parece ya se reprodujeron de vuelta!
No tardó nada Sandes en llegar al departamento de Puerto Madero, esta vez los Pablos lo rodearon y le hicieron cosquillas, Sandes no lo pudo resistir, las cosquillas en sus enormes pies eran muy intensas, a pesar de que los pies de Sandes lanzaban un olor asqueroso a Queso, los Pablos no lo olían, y lo ataron junto a Schattmann.
- Los asesinaré a los dos, ja, ja – gritó Carla – ustedes Pablos, filmen todo, el video será convertido en una gran película para la Piruli Filmes, ja, ja.
Carla empezó a practicar el fetichismo de los pies sobre Sandes y Schattmann, que estaban encadenados, ellos chupaban los pies de ella, ella hacía lo mismo, luego cogieron, con intensidad, los dos Quesones la penetraron por el culo primero, por la concha despues, la orgía sexual fue intensa, y también los Pablos participaron, pero los dos Carlos estaban encadenados.
- Ahora morirán – dijo Carla, agarrando el machete, y dirigiéndose a Sandes y Schattmann.
- ¡Lady Dumitrescu! ¡Ayudanos! – gritó Sandes.
En ese momento, Dumitrescu en Londres, que estaba reunida con la reina Reptiliana, recibió el mensaje en forma telepática…




- ¡Oh, no, Carlos Matías esta en problemas! ¡Pero no puedo ayudarlo! ¡Soy una gran hechicera pero carezco de una magia de semejante magnitud!
- But I can, dear Dumitrescu, although in return Carlos Matías must work for me - dijo la reptiliana que traducido significa “Pero yo sí puedo, estimada Dumitrescu, aunque a cambio Carlos Matías deberá trabajar para mí”.
- Help him please your majesty – suplicó Dumitrescu, de rodillas (“ayudelo por favor, su majestad”).
- Carlos Matías Sandes! Expectrum Patronum! Carthago delenda est!
A miles de kilómetros de distancia, Carla levanto el machete y se aprestaba a decapitar a Sandes y a degollar a Schattmann, todo en un solo golpe, pero justo en ese momento, se escuchó el gritó de la reptiliana:
- Carlos Matías Sandes! Expectrum Patronum! Carthago delenda est!
Y los dos Quesones, Carlos Matías Sandes y Carlos Leonel Schattmann, gritaron al unísono:
- ¡Quuuuuuuuuuueeeeeeeeeeeeeeeeessssssssoooooooooooooooooooo!
Y juntos se desencadenaron, y en un movimiento rápido, digno de Superman o Flash, agarraron a Carla, y juntos, le cortaron la cabeza, luego la cortaron toda y al terminar le tiraron el Queso diciendo:
- Queso.
Los Pablos contemplaron todo alarmados y se acercaron a los dos asesinos, les iban a hacer cosquillas…
- ¡Oh, no! – exclamó Schattmann - ¡Somos asesinos de mujeres! ¡Por más que sean clones no podemos matarlos!
- Ustedes no, pero yo sí – dijo Carla Romanini, la auténtica, la verdadera, que se hizo presente en el lugar, y con una espada, decapitó a los cuatro Pablos, y luego les tiró un Queso cada uno.




- ¡Gracias Carlos! ¡Gracias por haber asesinado a esta clón, que en mi nombre, cometió estos crímenes, asesinando a tantos hombres inocentes! – exclamó Carla - ¡Y vos Carlos Matías ya asesinastes a otro clón mío también! ¡Qué desastre llevo a cabo Lotocki!
- Menos mal que lo mataron – dijo Sandes – nosotros también te agradecemos, si no aparecías no se que hubieron hecho estos Pablos cosquilleros, dicen que hay muchas copias.
- Deberíamos trabajar juntos, Carla – agregó Carlos Leonel Schattmann – hay que incorporar un nuevo lema “Para un Queson, no hay nada mejor que una Quesona” y viceversa.
- Sí, debería ser así, ya veremos a quien asesinar juntos, yo me encargo de los hombres, ustedes de las mujeres.
En agradecimiento por haber asesinado a sus dos clones, Carla le entregó a Sandes un gran Queso de Oro, pero no hubo fiesta sexual, tanta ella como ellos temieron que el instinto criminal los traicionara, y prefirieron evitar la traición. Era una Quesona y dos Quesones, el pacto sobre todo, aun a costa de un gran sacrificio, y de un ayuno sexual, como un acto religioso. Los tres posaron en una foto, con un Queso atrás, que se difundió por todos lados.
- Good done - dijo la reptiliana al verla "Bien hecha".
Dumitrescu tuvo una contradición al verla, por un lado se alegro de ver a Sandes, perfecto, pero por otro lado, sintió celos, no sea que Carla le robará al basquetbolista.
Al día siguiente, Sandes y Schattmann, fueron condecorados en la CGT, en una ceremonia que pareció el final de Star Wars, con Moyano, dándoles las medallas, “A los asesinos de la Quesona Clonada asesina de laburantes” decía la medalla. Estaba presente Astrid, al lado de Moyano. Daba la sensación que hacía mucho tiempo que Astrid conocía a Moyano.
Dicen que Moyano le comentó al oído a Sandes:
- Yo también cogí con Lady Dumitrescu.
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Texto agregado el 06-05-2020, y leído por 126 visitantes. (1 voto)


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